Un cuarteto peligroso para el Fondo Monetario

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Brasil, Rusia, India y China plantea nuevos riesgos políticos- no ya sólo financieros- a las huestes de Dominique Strauss-Kahn, en sí un heretodoxo para los burócratas fondistas. Por otra parte, dos de esos países representan grupos satélites.

<p>Rusia, por ejemplo, engloba en la Comunidad de Estados Independientes casi todo el flanco septentrional de Eurasia, desde Bielorrusia hasta el Pac&iacute;fico y Asia central. En cuanto a Brasil, influye decisivamente en Sudam&eacute;rica y, si la crisis sist&eacute;mica vulnera la posici&oacute;n de Estados Unidos al sur del r&iacute;o Bravo, alcanzar&aacute; a M&eacute;xico.</p>
<p>Por de pronto, el cuarteto hizo que el Fondo Monetario Internacional emitiese una primera serie de bonos, para mejorar su liquidez en alrededor de US$ 300.000 millones. Dos de esos mismos pa&iacute;ses tambi&eacute;n se manifiestan dispuestos a apoyar la cuadruplicaci&oacute;n del capital fondista a un bill&oacute;n de d&oacute;lares.</p>
<p>El grupo es mal llamado &ldquo;bric&rdquo;, omitiendo la &ldquo;h&rdquo; de China y olvidando que &ldquo;bric&rdquo; suena a ladrillo (brick) s&oacute;lo en ingl&eacute;s. Con o sin sigla, esos pa&iacute;ses quieren que los bonos est&eacute;n en derechos especiales de giro &ndash;moneda gerencial del FMI- y, dato clave, se negocien en los mercados secundarios para conferirles mayor liquidez.</p>
<p>Haciendo historia, los DEG exist&iacute;an antes de que el actual competidor del d&oacute;lar, el euro, fuese siquiera divisa gerencial. Luego, se convirti&oacute; en circulante &uacute;nico dentro de la Eurozona (hoy son diecis&eacute;is miembros) y, en cierto modo, desplaz&oacute; los DEG. Por otra vuelta de tuerca, ahora los DEG podr&iacute;an ser una divisa junto con el d&oacute;lar, funci&oacute;n que ni siquiera el yen puede cumplir. Para no hablar de anacronismos como el franco suizo o la libra esterlina.&nbsp;&nbsp;&nbsp;&nbsp; </p>
<p>En escala pol&iacute;tica, todo tiene costos. As&iacute; lo recordaba Guido Mantega, ministro brasile&ntilde;o de Hacienda, se&ntilde;alando que &ldquo;el Fondo todav&iacute;a debe responder por su pecado original, el d&eacute;ficit democr&aacute;tico&rdquo;. Vale decir, haber trabajado a&ntilde;os &ndash;como el Banco Mundial-&nbsp; para Estados Unidos y la Uni&oacute;n Europea. El papel proc&iacute;clico cumplido en la crisis financiera de 1997/8 y el colapso argentino de 1997/2002 son casos ya cl&aacute;sicos</p>
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