<p>Rusia, por ejemplo, engloba en la Comunidad de Estados Independientes casi todo el flanco septentrional de Eurasia, desde Bielorrusia hasta el Pacífico y Asia central. En cuanto a Brasil, influye decisivamente en Sudamérica y, si la crisis sistémica vulnera la posición de Estados Unidos al sur del río Bravo, alcanzará a México.</p>
<p>Por de pronto, el cuarteto hizo que el Fondo Monetario Internacional emitiese una primera serie de bonos, para mejorar su liquidez en alrededor de US$ 300.000 millones. Dos de esos mismos países también se manifiestan dispuestos a apoyar la cuadruplicación del capital fondista a un billón de dólares.</p>
<p>El grupo es mal llamado “bric”, omitiendo la “h” de China y olvidando que “bric” suena a ladrillo (brick) sólo en inglés. Con o sin sigla, esos países quieren que los bonos estén en derechos especiales de giro –moneda gerencial del FMI- y, dato clave, se negocien en los mercados secundarios para conferirles mayor liquidez.</p>
<p>Haciendo historia, los DEG existían antes de que el actual competidor del dólar, el euro, fuese siquiera divisa gerencial. Luego, se convirtió en circulante único dentro de la Eurozona (hoy son dieciséis miembros) y, en cierto modo, desplazó los DEG. Por otra vuelta de tuerca, ahora los DEG podrían ser una divisa junto con el dólar, función que ni siquiera el yen puede cumplir. Para no hablar de anacronismos como el franco suizo o la libra esterlina. </p>
<p>En escala política, todo tiene costos. Así lo recordaba Guido Mantega, ministro brasileño de Hacienda, señalando que “el Fondo todavía debe responder por su pecado original, el déficit democrático”. Vale decir, haber trabajado años –como el Banco Mundial- para Estados Unidos y la Unión Europea. El papel procíclico cumplido en la crisis financiera de 1997/8 y el colapso argentino de 1997/2002 son casos ya clásicos</p>
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Un cuarteto peligroso para el Fondo Monetario
Brasil, Rusia, India y China plantea nuevos riesgos políticos- no ya sólo financieros- a las huestes de Dominique Strauss-Kahn, en sí un heretodoxo para los burócratas fondistas. Por otra parte, dos de esos países representan grupos satélites.