La Unión Europea comienza a reaccionar ante el éxito que está teniendo entre los países de la Europa oriental la iniciativa china de crear una amplia zona comercial que una el continente asiático con el europeo.
Ya en marzo de este año la Comisión Europea había emitido un comunicado conjunto donde analizaba la relación de fuerzas de la iniciativa de Beijing. Proponía allí comenzar una discusión para refinar con mayor grado de realidad lal nueva Ruta de la Seda y responder con acciones concretas para equilibrar la balanza.
Esta semana la CE calificó a China de competidor económico y “un rival sistémico que promueve un modo alternativo de gobierno”. Señala como uno de los ejemplos más claros el interés que muestran los países de Europa oriental por la invitación de Beijing a sumarse a su Belt and Road Initiative (BRI).
Si la propuesta china se ve atractiva quiere decir que la de la UE es pobre. Los líderes europeos no han mostrado la visión política como para rivalizar con el BRI ofreciendo mercados más conectados, razona el informe.
Por eso ahora la idea es fomentar la conectividad física para que cumpla una función política: la de contrarrestar el BRI chino con un BRI europeo.