Ucrania busca unirse a la red eléctrica de la UE

Rusia ha atacado las principales centrales eléctricas y el país necesita mantener la iluminación.

10 marzo, 2022

Los ataques rusos a ciudades, civiles e infraestructura crítica han expuesto una gran vulnerabilidad en este conflicto: el sector energético ucraniano, obsoleto y aislado.

La nación es una isla energética luego de ser desconectada de los sistemas de Rusia y Bielorusia cuando comenzó la invasión. Eso obliga al país a generar casi toda su propia electricidad. Para más de la mitad depende de cuatro plantas nucleares. La más grande de ellas fue tomada la semana pasada en un ataque que generó un incendio y despertó temores de un accidente nuclear.

El 6 de marzo, la compañía ucraniana de energía DTEK informó que Rusia había comenzado la destrucción sistemática de la infraestructura energética e informó que la planta Okhtyrka estaba destruida y que las subestaciones de alto voltaje de le región de Donetsk habían sido atacadas.

Atacar el sistema energético es una táctica de guerra muy efectiva porque produce un daño muy generalizado atacando unos pocos objetivos, opina Adam Stein, del Breakthrough Institute. Y en las heladas temperaturas de invierno puede tener efectos mortales. Aun si los gasoductos permanecieran intactos, se necesita electricidad para mantener las estaciones de bombeo y los hornos que calientan hogares y edificios.

Al cortar la electricidad se anulan los subterráneos, autobuses y trenes que usa la gente está usando para escapar; se apagan las luces en los refugios y los hospitales, se echan a perder los alimentos y las medicinas. También se cortan las comunicaciones, se altera la planificación del gobierno, las defensas militares y el humor de la gente.

Por todo eso los ejecutivos del gobierno y de la industria energética están buscando la posibilidad de integrar rápidamente la red del país al sistema de la Unión Europea y así permitir el flujo de electricidad.

Ese intento ya estaba inicidado. En 2017 Ukrenergo, la principal operadora de transmisiones del país, firmó un acuerdo de conexión con ENTSO-E, la asociación europea de más de 40 operadoras de transmisión. Pero esa integración necesitaría la instalación de capacidades de control de frecuencia y de otros sistemas tecnológicos para asegurar que las redes puedan operar entre sí. Una integración completa también necesitaría el tendido de líneas a través de Hungría, Moldavia, Polonia, Rumania y Eslovaquia. Y todo eso podría costar por lo menos 600 millones de euros y llevaría varios años de construcción.

La esperanza ahora es que las partes puedan sincronizar los sistemas en “modo emergencia” en días o semanas abandonando algunos de los requisitos y acuerdos usuales.

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