Turquía ¿nueva potencia en Oriente medio y Asia central?
La operación triangular con Brasil y el uranio iraní no deja lugar a dudas: Angora deja a un lado la Unión Europea. Opta en su lugar por Teherán y el bloque musulmán de habla turca, o sea Azerbaidyán, Kazajstán, Türkmenistán, Uzbekistán y Kirghistán.
31 mayo, 2010
<p>Tras la licuación de la Unión Soviética (1989/90), Turquía tenía dos opciones: apuntar a la UE o convertirse en una potencia regional de Levante, el Cáucaso y Asia central. Al principio, eligió Occidente y pidió ingresar a la UE.<br />
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Pero Grecia, Austria, Francia, el Vaticano –vía la ultracatólica Polonia- y Rumania tenían fuertes prejuicios históricos contra un país con 70 millones de musulmanes. Por cierto, ningún miembro de la UE es tan grande como Turquía (780.000 km2) y sólo Alemania tiene más población (82 millones). Las negociaciones se iniciaron (2001), pero el cúmulo de reticencias, obstáculos y tropiezos fue prolongándose sin salida a la vista.<br />
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Por fin, este acuerdo con Irán y Brasil, más las buenas relaciones con Siria e Irak, subrayan el giro al este de Turquía. El propio primer ministro, Reyyip Taleb Erdögan, lo señaló durante la visita a Brasilia. Lo habría hecho también en Buenos Aires, pero esa escala no pudo ser gracias a Mauricio Macri y su escasa versación en geopolítica.<br />
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El realineamiento otomano ha sido favorecido por dos factores. En primer lugar, el país –tras la victoria del partido Justicia y Desarrollo en 2003- está gobernado por islámicos moderados, no ya laicos inspirados en Kemal Atatürk. <br />
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En segundo término, la invasión norteamericana de Irak (2003), la derrota israelí en el sur de Líbano (2006) y la agresión a Gaza justifican, a ojos turcos, su nueva Realpolitik. Estos hechos desvirtuaron los contactos en Davos entre Erdögan y Shimón Peres.<br />
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