La virtual convergencia entre las fuerzas armadas y los partidos de oposición sepultó las aspiraciones de Gül, respaldadas por el primer ministro Recep Erdögan. La ausencia de contendientes prolonga la crisis política, cifrada en el predominio parlamentario del partido pro justicia y desarrollo (AJP, curioso nombre para quienes representan la ortodoxia musulmana antilaica).
Poco antes de que Gül abandonase sus aspiraciones, Bülent Arinç –presidente del parlamento- dejaba sin efecto otra votación, pues no se había alcanzado el quórum reglamentario (367 presentes). Eso venía repitiéndose desde el 27de abril.
Entretanto, la corte constitucional se sumaba a esas anulaciones el 1 de mayo. En realidad, fue una maniobra para frenar lo que parecía un golpe militar contra Gül (depuesto ya una vez por el ejército) y el gobierno del AKP. La idea era forzar el adelanto de comicios generales para resolver el “impasse”.
Pero, tras admitir en principio esa posibilidad el jueves, este fin de semana Erdögan, obviamente presionado por el ala ortodoxa de su partido (o sea, por Gül), dio marcha atrás. Ahora sostiene que las elecciones se harán en julio. Arguye un motivo lógico: esos comicios se habían fijado originalmente en noviembre próximo y luego fueron adelantados al 23 de julio. Entretanto, el congreso debate esta semana una reforma constitucional para establecer la elección directa del presidente.
La virtual convergencia entre las fuerzas armadas y los partidos de oposición sepultó las aspiraciones de Gül, respaldadas por el primer ministro Recep Erdögan. La ausencia de contendientes prolonga la crisis política, cifrada en el predominio parlamentario del partido pro justicia y desarrollo (AJP, curioso nombre para quienes representan la ortodoxia musulmana antilaica).
Poco antes de que Gül abandonase sus aspiraciones, Bülent Arinç –presidente del parlamento- dejaba sin efecto otra votación, pues no se había alcanzado el quórum reglamentario (367 presentes). Eso venía repitiéndose desde el 27de abril.
Entretanto, la corte constitucional se sumaba a esas anulaciones el 1 de mayo. En realidad, fue una maniobra para frenar lo que parecía un golpe militar contra Gül (depuesto ya una vez por el ejército) y el gobierno del AKP. La idea era forzar el adelanto de comicios generales para resolver el “impasse”.
Pero, tras admitir en principio esa posibilidad el jueves, este fin de semana Erdögan, obviamente presionado por el ala ortodoxa de su partido (o sea, por Gül), dio marcha atrás. Ahora sostiene que las elecciones se harán en julio. Arguye un motivo lógico: esos comicios se habían fijado originalmente en noviembre próximo y luego fueron adelantados al 23 de julio. Entretanto, el congreso debate esta semana una reforma constitucional para establecer la elección directa del presidente.