Turquía: apenas un acuerdo de compromiso con la UE

Pese a concesiones turcas de última hora, los ministros de relaciones exteriores bloquearon parcialmente las negociaciones. Curiosamente, el pretexto es Chipre, a dìas de que Angora aceptase condiciones exigidas por Nicosia.

12 diciembre, 2006

Este fin de semana, en un gesto inesperado -tal vez influido por Washington-, Turquía propuso abrir un puerto y un aeropuerto a la Chipre helena. Parecía un intento de impedir el colapso de negociaciones con la Comisión europea que, de todas maneras, tiene tiempo hasta el viernes para resolver a nivekl de jefes de gobierno.

Angora ofrecía las terminales con una condición: que el aeropuerto de Ercan y el puerto de Famagusta (ambos en el tercio norte, controlado por los turcos) también queden franqueados al tráfico internacional. El gobierno estaba dispuesto a mantener los puertos abiertos un año. En su curso, esperaría que la Unión Europea llegase a una solución amplia de la disputa en torno de Chipre. Un viejo embargo comercial turco a Nicosia (desde 2004, miembro de la UE) había llevado al “impasse” actual en las negociaciones con Bruselas.

Cabe recordar que Turquía es el único país del mundo que reconoce al estado chipriota septentrional, considerado por la Comisiòn europea como mera e inválida extensión de su “metrópoli”. José Manuel Durão Barroso, presidente de la CE, definió la oferta como “un paso importante” y espera más precisiones.Pero la decisiòn adoptada este lunes en Bruselas parece retrotraerr las cosas.

El ”bloqueo a medias” sugerido por los titulares de RR.EE. parece un compromiso asaz frágil y, en todo caso, la relevancia regional de Chipre o su adalid, Grecia, es muy inferior a la de Turquía. El objeto de la CE es que los jefes de estado, esta misma semana, no se vean presionados por plazos y eviten tener que decidir un bloqueo liso llano, que muchos miembros de la UE no desean.

La veloz reacción de la UE a la propuesta turca reflejaba la desesperación de esos “disidentes” para llegar a una salida viable e impedir una crisis abierta entre Bruselas y Angora. De hecho, varios analistas sospechan la mano de Estados Unidos, Gran Bretaña e Israel, tres viejos aliados de los turcos.

“Ahora, la cumbre de la UE no tendrà que afrontar la cuestión turca”, decía –con excesivo optimismo- Erkki Tuomioja, ministro finés de RR.EE., luego de presidira una reunión bastante borrascosa que duró horas. Por ende, quedarían bloqueados “sólo” ocho de los 35 capìtulos en disputa y continuarán las conversaciones en torno de los restantes.

Los países opuestos al ingreso turco son en realidad pocos (Holanda, Austria, Grecia, Chipre helena) y sòlo el primeore tiene cierta relevancia geoeconómica. Gran Bretaña e Italia lideran el grupo favorable, pero hay indecisos (Alemania, Francia).

Este fin de semana, en un gesto inesperado -tal vez influido por Washington-, Turquía propuso abrir un puerto y un aeropuerto a la Chipre helena. Parecía un intento de impedir el colapso de negociaciones con la Comisión europea que, de todas maneras, tiene tiempo hasta el viernes para resolver a nivekl de jefes de gobierno.

Angora ofrecía las terminales con una condición: que el aeropuerto de Ercan y el puerto de Famagusta (ambos en el tercio norte, controlado por los turcos) también queden franqueados al tráfico internacional. El gobierno estaba dispuesto a mantener los puertos abiertos un año. En su curso, esperaría que la Unión Europea llegase a una solución amplia de la disputa en torno de Chipre. Un viejo embargo comercial turco a Nicosia (desde 2004, miembro de la UE) había llevado al “impasse” actual en las negociaciones con Bruselas.

Cabe recordar que Turquía es el único país del mundo que reconoce al estado chipriota septentrional, considerado por la Comisiòn europea como mera e inválida extensión de su “metrópoli”. José Manuel Durão Barroso, presidente de la CE, definió la oferta como “un paso importante” y espera más precisiones.Pero la decisiòn adoptada este lunes en Bruselas parece retrotraerr las cosas.

El ”bloqueo a medias” sugerido por los titulares de RR.EE. parece un compromiso asaz frágil y, en todo caso, la relevancia regional de Chipre o su adalid, Grecia, es muy inferior a la de Turquía. El objeto de la CE es que los jefes de estado, esta misma semana, no se vean presionados por plazos y eviten tener que decidir un bloqueo liso llano, que muchos miembros de la UE no desean.

La veloz reacción de la UE a la propuesta turca reflejaba la desesperación de esos “disidentes” para llegar a una salida viable e impedir una crisis abierta entre Bruselas y Angora. De hecho, varios analistas sospechan la mano de Estados Unidos, Gran Bretaña e Israel, tres viejos aliados de los turcos.

“Ahora, la cumbre de la UE no tendrà que afrontar la cuestión turca”, decía –con excesivo optimismo- Erkki Tuomioja, ministro finés de RR.EE., luego de presidira una reunión bastante borrascosa que duró horas. Por ende, quedarían bloqueados “sólo” ocho de los 35 capìtulos en disputa y continuarán las conversaciones en torno de los restantes.

Los países opuestos al ingreso turco son en realidad pocos (Holanda, Austria, Grecia, Chipre helena) y sòlo el primeore tiene cierta relevancia geoeconómica. Gran Bretaña e Italia lideran el grupo favorable, pero hay indecisos (Alemania, Francia).

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