Trump ya le declaró la guerra a la prensa

Pero su guerra no es ni con la prensa ni con los medios. Su guerra es con los datos crudos de la realidad. Lo que comienza a dar a entender es que no hay que creerle a los medios. Cualquier parecido con la era K es pura coincidencia.

23 enero, 2017

Hablando ante la CIA el presidente Donald Trump dijo que tiene una permanente guerra con los medios. Como mucho de lo que dice, opina Ezra Klein en Vox, esto no es exactamente así. Su guerra no es con los medios. Él vive de la atención que le prestan los medios y adora la cobertura de la prensa. Su guerra es con los hechos, con la realidad. Es allí donde comienzan a tener sentido sus escaramuzas tácticas con los medios.

Deslegitimar a los medios es importante para él porque necesita deslegitimar ciertos hechos.

El tema sobre el tamaño de la multitud, por ejemplo. Su inauguración tuvo un público menos denso que cuando asumió Obama. Todavía no hay cálculos exactos, pero las tomas aéreas son claras sobre este punto.

Pero sobre esto no hay un gran secreto. Él perdió el voto popular en la elección presidencial, y por amplio margen. Desde la elección, encuesta tras encuesta demostró su impopularidad. Una respuesta tibia  a su inauguración es precisamente lo que cualquiera podría predecir en este momento.

Pero Trump insiste en que la multitud fue inmensa. Hablando ante la CIA dijo “yo miré y la plaza estaba llena con lo que parecía un millón, un millón y medio de personas.  Ellos mostraron una plaza donde prácticamente no había nadie”.

Es posible que la multitud le haya parecido más grande a Trump. El punto desde donde se mira importa mucho para hacer los cálculos.

Pero pronto se hizo evidente que ése no fue un comentario casual del nuevo presidente.  Hizo que su secretario de prensa Sean Spicer, llamara a una conferencia improvisada ante periodistas en la que les  recriminó fuertemente el haber dado estimaciones del tamaño de la multitud. “Nadie tiene números, porque el National Park Service no publicó nada”, insistió. Segundo después dijo: Esta fue la mayor multitud que jamás haya asistido a una inauguración presidencial, tanto en persona como en todo el mundo. Eso, al igual que muchas otras cosas que dijo, es absolutamente falso. Pero aquí hay una estrategia en acción. La administración Trump está creando la expectativa entre sus leales de que no pueden confiar en nada de lo que diga la prensa. La cuestión de la multitud es un dato sin importancia, casi cómico, pero se está sentando las bases sobre lo que es y no es verdad.

Deslegitimar las instituciones que podrían informar hechos inconvenientes o dañinos sobre el presidente es estratégico para la administración  que ha hecho una cantidad inmensa de promesas imposibles y asume el cargo envuelto en una nube de preocupaciones étnicas y posibles escándalos.

También le da a la nueva administración un conveniente chivo expiatorio para sus continuas peleas con la opinión pública y sus posibles futuras peleas  con la realidad. Este tipo de “deshonestidad de los medios”, dijo Spicer, hace difícil unir al país”. No es difícil imaginar que la administración Trump niegue los números sobre desempleo en el futuro o que diga que lo que reemplaza al Obamacare cubre a todos cuando en realidad deja a millones de personas sin cobertura.

Spicer terminó su declaración con una advertencia. “Se ha hablado mucho en la prensa sobre la responsabilidad que le cabe a Trump. Estoy aquí para decirles que eso es algo de doble vía. Vamos a hacer responsable también a la prensa.

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