La fiscalía general de la república tomó el miércoles a última hora la extraordinaria medida de nombrar un consejo especial para investigar las conexiones de Trump con Rusia y sólo informó a la Casa Blanca después de haber firmado la orden. La investigación será conducida por un ex feje del FBI: Robert Mueller.
Los asesores de Trump le aconsejan que contrate a un experimentado abogado para que le ayude a hacer frente a la crisis y a la investigación mientras van apareciendo más revelaciones sobre Michael Flynn, el ex asesor de seguridad nacional de Trump. Aparentemente el equipo de transición del nuevo presidente ya sabía que Flynn estaba siendo investigado por trabajar secretamente como agente externo para Turquía, pero aún así fue nombrado para ocupar un cargo que le daba acceso a los mayores secretos de inteligencia del país. Flynn, y otros miembros de la campaña de Trump, tuvieron por lo menos 18 contactos no conocidos con Rusia en los últimos siete meses de la campaña de 2016.
Mientras tanto se comienza a susurrar por los corredores un nombre nuevo para la presidencia: Michael Pence. Pence se presenta como una buena alternativa para desplazar a Trump. Según algunas versiones, ya estaría ensayando. Un republicano que pidió no ser nombrado dijo que esto se parece al Watergate de Nixon: no importa tanto el tema en sí sino el encubrimiento.
La idea de desplazar a Trump de la presidencia todavía parece disparatada pero atrae cada vez más a los republicanos que se preocupan cada vez más por tener que salir a defenderlo.