<p>No obstante, a veces a la tentación es grande, en particular cuando actúan grupos de presión, lobbies, bien organizados. Pero éstos operan más desde Bruselas (Unión Europea) que desde Estrasburgo (Europarlamento). No obstante, la base de los agentes financieros radica en Luxemburgo, el mayor offshore de la Eurozona.<br />
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Sin duda, se sabía ya sobre la existencia de personas que llegan a legisladores sólo para hacer “trabajos sucios” por buen dinero. El mecanismo más frecuente consiste en influir sobre otros diputados para conseguir votos, sin explicarles que ellos son gestores rentados.<br />
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El trabajo del periódico dominical puso en evidencia a tres parlamentarios que habían aceptado promover enmiendas a leyes o decretos entre sus colegas. En todas esas instancias, percibieron jugosos “premios” por izquierda y, claro, no los incluyeron en sus declaraciones de ingresos.<br />
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Las reformas habían sido encomendadas por periodistas disfrazados de asesores empresarios. Decían operar para una misma compañía rusa. Los tres diputados habían sido ministros en Austria, Eslovenia y Rumania, desde donde consiguieron catapultarse a Estrasburgo. Precisamente para dedicarse al negocio, cosa que sólo Strasser admitió antes de renunciar.<br />
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“Lo único que pretendía era informar a mi contacto que la enmienda había prosperado” confesó Severin, un prominente socialdemócrata rumano. Los investigadores tentaron a 35 de 738 eurodiputados. Un español, Pablo Zalba (derechista), fue presionado por Strasser, pero sin resultado.</p>
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Tres eurocoimeros hay en Estrasburgo
El austríaco Ernst Strasser, el rumano Adrian Severin y un esloveno no identificado- cobraban por pasar enmiendas o reformas por encargo. Así lo revela una investigación del Sunday Times. Este tipo de corrupción no parece ser aún frecuente.