<p>Esto significa que siendo parte de China se maneja políticamente con ciertas libertades que en otras partes del país no tienen. Así debería ser durante 50 años, a partir de 1997, según el proyecto de Deng. Sin embargo el arrasador crecimiento de la economía china, ha hecho que tanto Taiwán como Hong Kong empiecen a transitar el regreso a casa antes de lo imaginado.</p>
<p>En las elecciones de la semana pasada, el claro ganador fue Leung Chun-ying, a quien la prensa de Hong Kong vincula con las Tríadas (la mafia china). Considerado un hombre del Partido Comunista -un representante del gobierno de Beijing-, los manifestantes presuponen el comienzo de la represión política. Y presuponen bien, al menos en lo que respecta a la libertad de expresión. En 2003, el nuevo jefe de gobierno de la Zona Administrativa Especial de Hong Kong, que asumirá en julio, promovió un artículo de la Constitución, mediante el cual –entre otras cosas- se limitaban las licencias de radio y televisión a sólo tres años. La movilización en contra reunió a casi medio millón de personas y la propuesta fue descartada.</p>
<p>Sin embargo, es paradójico que aunque algunos sostienen que la elección no fue representativa porque votaron sólo cerca de 1132 electores, lo cierto es que durante la era británica nunca hubo elecciones y el gobernador era directamente decidido en Londres. Los 1132 electores –de los cuales más de la mitad votó por Leung- son representantes de las asociaciones de comercio y de profesionales de 17 distritos. Y según los planes, las elecciones universales en Hong Kong se realizarán en 2017.</p>
<p>En sólo quince años, las relaciones comerciales han crecido tanto que ya Hong Kong se presenta al resto del mundo como la mejor puerta de entrada a China. Y si bien los ciento cincuenta años de colonia británica, ha creado una sociedad con costumbres claramente diferentes a la del resto de sus compatriotas, el libre tránsito –que los chinos aprovechan, ya sea para comprar o para acceder a beneficios culturales e incluso sanitarios mayores a los que obtienen en el resto del país- irá suavizando la poca tolerancia de los más civilizados hongkoneses, al mismo tiempo que enseñará mejores modales a los visitantes del resto del país.</p>
<p>En el caso de Taiwán, un territorio independiente considerado “en rebeldía” por China, venció el Presidente Ma Ying-jeou en las recientes elecciones de enero, en las que el voto sí fue universal. El Presidente Ma promovía explícitamente un mayor acercamiento a China, contra la postura independentista de la candidata del Partido Progresista Democrático, Tsai Ing-wen. Lo cierto es que China es el principal destino de las exportaciones taiwanesas. Y, aún cuando aún no existen relaciones diplomáticas, las empresas taiwanesas, que están presentes desde hace tres décadas en la madre patria, invirtieron allí US$ 12.000 millones, sólo en 2010.</p>
<p>Aunque algo vulgar, la famosa frase de Bill Clinton expresa más sabiduría de lo que parece. “Es la economía, estúpido”.</p>
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Tras las elecciones, Taiwán y Hong Kong más cerca de Beijing
Miles de Hongkoneses se manifestaron el domingo 25 contra lo que consideran el fin de Un país, dos sistemas, el proyecto ideado por Deng Xiaoping, para gerenciar la devolución del territorio que Gran Bretaña se apropió y usufructuó durante un siglo y medio, y convirtió en uno de los centros financieros mundiales, a partir del tráfico de opio. Ahora Hong Kong es un territorio semi-independiente.