Todavía tiene impulso, pero China afronta problemas originados afuera

Durante tres decenios, el Reino de Medio ha mantenido alto ritmo expansivo gracias a la exportación. Ahora, ante la recesión occidental –afecta demanda e inversión externas-, la cuestión es si podrá mantener la crisis lejos de sus fronteras.

23 octubre, 2008

Este problema debe importarle también al resto del mundo. Así, funcionarios y analistas norteamericanos sostiene que un crecimiento chino sostenido es clave para la economía global, en particular mientras Estados Unidos y Europa occidental afrontan traumas que bien podrían terminar con el modelo capitalista anglosajón.
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<p>Por supuesto, Beijing precisa recalibrar su propio modelo, combinar inversi&oacute;n interna con gasto p&uacute;blico y estimular el consumo en un pa&iacute;s tradicionalmente aferrado al ahorro. Vale decir, lo contrario de cuanto sol&iacute;a imponer el difunto consenso de Washington e insisten en recomendar sus corifeos en el r&iacute;o de la Plata. </p>
<p>La crisis ex&oacute;gena llega en un momento pol&iacute;ticamente relevante: este mes se cumplen treinta a&ntilde;os de las audaces reformas que desencadenaron un crecimiento que, contra cuanto imaginan tantos occidentales, no estuvo condicionado totalmente a los mercados burs&aacute;tiles y financieros. De todas maneras, a partir de ahora el pa&iacute;s debiera ir pasando a un tipo m&aacute;s avanzado de econom&iacute;a y sociedad. </p>
<p>En el plano geopol&iacute;tico, China parece bien ubicada para aumentar su influencia, mientras EE.UU. la disminuye. Sus reservas internacionales libres ascienden a US$ 1,9 billones (fin de septiembre), acumuladas v&iacute;a enormes super&aacute;vit comerciales e inversiones externas. Al presente, podr&iacute;a comprarse activos en bancos e industrias occidentales a precio de liquidaci&oacute;n; de hecho, tiene fondos soberanos dedicados a eso. </p>
<p>Por hoy, no obstante, su prioridad es consolidar lo logrado. Beijing estima que su sistema financiero interno se halla en gran medida aislado de las turbulencias al este del Pac&iacute;fico. Los bancos siguen centrados en el pa&iacute;s y no est&aacute;n expuestos a activos t&oacute;xicos. Empero, el crecimiento y toca este a&ntilde;o el m&iacute;nimo de un quinquenio, el desempleo inquieta al gobierno y cierran f&aacute;bricas orientadas a la exportaci&oacute;n. </p>
<p>Sin embargo, China parece eludir una recesi&oacute;n lisa y llana. Pero un crecimiento desacelerado es un problema para el r&eacute;gimen, cuya legitimidad se basa en crear empleo y riqueza. A criterio del Banco Mundial, verbigracia, el producto bruto interno debiera subir un m&iacute;nimo de 8% anual para generar empleo y absorber el aumento vegetativo en la mano de obra. </p>
<p>Si la tasa del PBI cede de 8% en 2009, habr&aacute; motivos de preocupaci&oacute;n. Por las dudas, se prepara una respuesta similar al plan &ldquo;keynesiano&rdquo; de 1998/2000, cuando se recurri&oacute; al gasto p&uacute;blico para eludir lo peor de la crisis sist&eacute;mica que hab&iacute;a estallado en el sudeste asi&aacute;tico (1997). </p>
<p>Hasta ahora s, la medida m&aacute;s significativa es la reforma agraria anunciada d&iacute;as atr&aacute;s. Por vez primera, los campesinos podr&aacute;n arrendar o transferir derechos a la tierra. Para elevar el ingreso rural, aparte, acaba de subirse hasta 15% el precio sost&eacute;n del trigo. </p>
<p>Transformar el campo y fomentar el consumo urbano son desaf&iacute;os claves. En a&ntilde;os recientes, el presidente Hu Jintao y el primer ministro Wen Jiabao han eliminado viejas tasas agrarias, adem&aacute;s de invertir en proyectos rurales. Pero la brecha ciudad-campo se acent&uacute;a. La China actual tiene m&aacute;s de 500 millones de poblaci&oacute;n rural que vive con dos d&oacute;lares diarios, en tanto el ingreso nacional por habitantes orilla apenas US$ 2.000 anuales. </p>
<p>Por supuesto, el factor geopol&iacute;tico m&aacute;s pertinente para Estados Unidos es si Beijing revisar&aacute; &ndash;o no- su estrategia de financiar la deuda norteamericana v&iacute;a compra de letras. Seg&uacute;n observadores chinos, ambas econom&iacute;as est&aacute;n tan entrelazadas que pueden descartarse cambios abruptos en la composici&oacute;n de reservas. Henry Paulson, secretario de hacienda, mantiene frecuente contacto con su par chino. Curiosamente, el tema es eludido por los dos candidatos presidenciales norteamericanos. </p>

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