Tensión en el Mercosur

Brasil aplicó un arancel de 46% para los productos lácteos argentinos. Para los industriales locales es "catastrófico" y aseguran que es una represalia por el precio mínimo de los pollos.

11 diciembre, 2000

Cuando parecía que la relación comercial entre los dos principales socios del Mercosur entraba en una zona de calma, luego de la firma del acuerdo automotor, el Departamento de Defensa Comercial de Brasil reclamó a su gobierno cobrar un sobrearancel de 46% a seis firmas argentinas porque supuestamente, exportaron leche en polvo a precios artificiales que deprimieron los valores internos de ese país.

Las ventas argentinas a Brasil alcanzan los US$ 200 millones de anuales y es el principal mercado ; de allí la profunda preocupación que mostraron los industriales lácteos de nuestro país.

“Esto directamente sería nefasto, catastrófico”, consideró Luis Jullier, presidente de Milkaut (una cooperativa compuesta por 1.200 productores lecheros) y agregó que la determinación brasileña es inconsistente.

“Según nuestro concepto, no hubo dumping porque no existió ningún daño a la industria brasileña, que este año siguió creciendo sin problemas”, sostuvo Jullier, al tiempo que reclamó la urgente participación del Gobierno para delinear una estrategia de negociación con Brasil.

De todos modos, voceros de Cancillería dijeron que el Palacio San Martín colaborará sólo “desde el punto de vista de la política exterior” y dejaron en claro que la mayor responsabilidad corre por cuenta de la Secretaría de Industria o la cartera de Agricultura.

Por su parte, mañana (martes 12) los empresarios realizarán una reunión para elaborar un plan de choque, dado que dentro de los próximos 15 días deben presentar su descargo ante las autoridades brasileñas.

“El daño para la industria sería enorme porque disponemos de excedentes permanentes de producción para destinar a Brasil”, comentó Alfredo Williner, director de la firma Sucesores Williner SA, que factura US$ 140 millones anuales y posee un plantel de 1.000 empleados.

A juicio del analista Alberto Lesser, la acusación de Brasil es “difícil de demostrar” y responde a una acción política encarada por los propios productores brasileños para proteger su mercado.

Hugo Luis Biolcati, director de la Sociedad Rural Argentina y uno de los productores de leche más importante del país, dijo estar preocupado: “Es grave porque los perjudicados como siempre terminamos siendo los productores agropecuarios”, expresó.

Para el dirigente, una posible solución sería negociar con Brasil el mantenimiento de los aranceles extra Mercosur (30%) que deberían descender a partir del 30 del actual. “Los brasileños estaban muy interesados en sostener los valores de ese arancel y la Argentina era reacia. Pero ahora hay que adherir y acordar”, reflexionó Biolcati.

Cuando parecía que la relación comercial entre los dos principales socios del Mercosur entraba en una zona de calma, luego de la firma del acuerdo automotor, el Departamento de Defensa Comercial de Brasil reclamó a su gobierno cobrar un sobrearancel de 46% a seis firmas argentinas porque supuestamente, exportaron leche en polvo a precios artificiales que deprimieron los valores internos de ese país.

Las ventas argentinas a Brasil alcanzan los US$ 200 millones de anuales y es el principal mercado ; de allí la profunda preocupación que mostraron los industriales lácteos de nuestro país.

“Esto directamente sería nefasto, catastrófico”, consideró Luis Jullier, presidente de Milkaut (una cooperativa compuesta por 1.200 productores lecheros) y agregó que la determinación brasileña es inconsistente.

“Según nuestro concepto, no hubo dumping porque no existió ningún daño a la industria brasileña, que este año siguió creciendo sin problemas”, sostuvo Jullier, al tiempo que reclamó la urgente participación del Gobierno para delinear una estrategia de negociación con Brasil.

De todos modos, voceros de Cancillería dijeron que el Palacio San Martín colaborará sólo “desde el punto de vista de la política exterior” y dejaron en claro que la mayor responsabilidad corre por cuenta de la Secretaría de Industria o la cartera de Agricultura.

Por su parte, mañana (martes 12) los empresarios realizarán una reunión para elaborar un plan de choque, dado que dentro de los próximos 15 días deben presentar su descargo ante las autoridades brasileñas.

“El daño para la industria sería enorme porque disponemos de excedentes permanentes de producción para destinar a Brasil”, comentó Alfredo Williner, director de la firma Sucesores Williner SA, que factura US$ 140 millones anuales y posee un plantel de 1.000 empleados.

A juicio del analista Alberto Lesser, la acusación de Brasil es “difícil de demostrar” y responde a una acción política encarada por los propios productores brasileños para proteger su mercado.

Hugo Luis Biolcati, director de la Sociedad Rural Argentina y uno de los productores de leche más importante del país, dijo estar preocupado: “Es grave porque los perjudicados como siempre terminamos siendo los productores agropecuarios”, expresó.

Para el dirigente, una posible solución sería negociar con Brasil el mantenimiento de los aranceles extra Mercosur (30%) que deberían descender a partir del 30 del actual. “Los brasileños estaban muy interesados en sostener los valores de ese arancel y la Argentina era reacia. Pero ahora hay que adherir y acordar”, reflexionó Biolcati.

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