<p>Nuevas investigaciones de McKinsey Global Institute (MGI) señalan que esa opción es la menos traumática y le aliviará a esa generación retrocesos en niveles de vida. Por supuesto, institucionalizar la jubilación diferida exigirá cambios relevantes en políticas públicas, practicas del sector privado y actitudes de las personas, aun en escala familiar.<br />
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Esos ajustes se tornan más urgentes debido a las turbulencias financieras (en Estados Unidos y la Unión Europea, sobre todo). Ello abarca caída de precios de viviendas y otro activos en poder de “baby boomers” (BB) – o sea el estamento nacido en la inmediata posguerra- que iban contrayéndose en dólares constantes a medida como se acercaba el retiro femenino (2006). Igual sucede con el masculino (2011). Como el lapso llega a 1953, los años extremos serán 2013 y 2018.<br />
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Pero existe un problema subyacente desde los años 60. Durante decenios, la generación 1946/53 fomentaba la producción ganando, gastando y consumiendo más que cualquier estamento demográfico en la historia norteamericana (no ocurrió con los europeos). Desde 2006, empero, va llegando la jubilación y declina su aporte al producto bruto interno.<br />
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Este fenómeno reduce niveles de crecimiento real desde un promedio anual de 3,2% (1966/2005) a una proyección de 2,4% para los treinta años iniciados en 2006. Además, esa tasa de expansión es 25% inferior a la supuesta para el PBI de 2006/35. <br />
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Las investigaciones de Eric Beinbocker y Ezrah Greenberg (MGI) subrayan otro problema: dos tercios de los BB más viejos se hallan financieramente mal preparados para el retiro y pocos lo saben. La falta de recursos suficientes implica un retiro menos regalado o cómodo para millones de familias. Aparte, significa menos gastos y otros efectos recesivos en la economía.<br />
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Pero tantos transtornos tal vez no sean necesarios. Ambos expertos estiman que un aumento de sólo dos años en la edad media de jubilación, de 60/65 a 62/67, añadiría casi US$ 13 billones al PBI real en los próximos 25 años. Aparte, recortará a la mitad la cantidad de gente financieramente mal preparada. En realidad, muchos BB desean seguir trabajando, pero diversas barreras se lo impide. Superarlas requiere reasignar el seguro médico –esto lo hará desde 1913/14 la reforma de Barack Obama-, fomentar acuerdos entre empresas y futuros jubilados o sus sindicatos y suprimir otras trabas a la permanencia en el segmento activo. <br />
Esas conclusiones combinan dos métodos complementarios. Primero, MGI encuestó 5.000 hogares con miembros entre 55 y 70 años, para comparar actitudes de nuevos o inminentes jubilados con supérstites de la generación precedente (1926/45) hacia el retiro, los ahorros, el consumo y el trabajo o la profesión. Segundo, Beinbocker y Greenberg construyeron un modelo que proyecta las finanzas familiares hasta 2035, para estudiar cómo su evolución afectará el resto de la economía.</p>
<p>Los factores básicos son bien conocidos. Este estrato etario (79 millones) es el más rico en la historia del país, supera en 50% al anterior y representaba, al nacer, una parte de población superior a las de su sucesores. Pero los motivos de su prosperidad son menos comprendidos.<br />
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Los BB en conjunto ganaban más del doble que la generación anterior a la misma edad (60-65 años). Es decir, US$ 3,7 billones contra 1,6 billones. Las investigaciones indican que 80% de a diferencia se origina en tres componentes discontinuos. En primer lugar, el tamaño del estrato, que elevaba tasas de producción y crecimiento. En segundo, el ingreso masivo de mujeres, que presuponía casamiento y primer hijo a mayor edad, con divorcios o solterías más frecuentes. Finalmente, la mejor educación, pues la demanda laboral se desplazaba de la industria a los servicios y, luego, a la tecnología.</p>
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Tardarán en jubilarse los nacidos en 1946/53 en EE.UU
La mayoría de los nacidos entre fin de la Segunda guerra mundial y la de Corea tendrá problemas para retirarse. Ni la economía estadounidense ni la mundial se los permitirá. Sólo tienen una salida aceptable: seguir trabajando más allá de los 65 años.