Esos problemas se asemejan a los sufridos en 1997/8, cuando la economía y el won entraron en colapso durante la crisis sistémica iniciada en el sudeste asiático. Más tarde, cundió por Rusia, Turquía, Brasil, Argentina, etc. En este momento, Surcorea es un microcosmos cuyas vulnerabilidades reflejan las de varios países emergentes o en desarrollo.
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<p>En esta oportunidad, parte de Asia-Pacífico (no China ni India) parece amenazada por turbulencias mucho más lejanas que la crisis del baht tai en 1997. Ahora las causas radican en Wall Street y Londres, en tanto los coletazos financieros llegaron primero a Islandia, el flanco oriental y sudoriental de la Unión Europea, Ucrania -aunque no Rusia- o parte de Latinoamérica. Los surcoreanos, con justa razón, señalan que son vulnerables por haberse abierto al capital foráneo mucho más que Japón o China. Ambos vecinos van capeando bien las turbulencias. </p>
<p>Esa vulnerabilidad prueba que la crisis financiera internacional entra en otra fase (si bien este viernes parece no haberse agotado la anterior) y muchos países debieran limitar sus aperturas a la globalización financiera, la única vigente. A diferencia de Islandia o Argentina, Surcorea es una potencia industrial cuyo producto bruto interno era el décimotercio del planeta en 2007. Por ello, su mayor preocupación es que la iliquidez occidental no perjudique a sus bancos más de lo tolerable. Remisos a aperturas neoclásicas, Japón, China e India resisten mejor. </p>
<p>Hay casos inquietantes. Banco Woori –uno de los principales prestamistas- fue afectado por el derrumbe de Lehman Brothers y no pudo captar dólares. Por otra parte, los bancos extranjeros se negaban a extender plazos de créditos subsistentes y lo forzaron a Woori a cancelarlos en su vencimiento, en moneda fuerte. </p>
<p>Hace cinco días, el gobierno reaccionó finalmente y otorgó al sistema garantías por más de US$ 100.000 millones, aparte de US$ 30.000 millones inyectados en divisas. Esta liquidez adicional permitirá a los bancos repagar o ampliar plazos en lo atinente a US$ 80.000 millones adeudados en dólares, que vencen desde noviembre hasta junio próximo. </p>
<p>Muchos culpan al presidente Li Myung-bak por no haber emitido a tiempo señales de respaldo a los bancos. A principios de octubre, por fin, comenzó a cambiar la imagen de pasividad ante la crisis. Pero ya circulaba otra pesadilla: Surcorea apelando al auxilio externo, como en 1998, aunque nadie cree que acuda al FMI, cuyas recetas rígidas –frutos de Anne Krueger o Anup Singh- causaron desastres en la región y acabaron rechazadas por Malasia, Rusia y otros. </p>
Surcorea sufre los cimbronazos de una crisis gestada afuera
Muchos surcoreanos creen que vuelven pesadillas de hace once años. La bolsa de Seúl ha caído más de 30% desde fines de agosto al 20 de este mes. El capital extranjero abandona la plaza y las calificadoras temen por los bancos.