¿Sufrirá Londongrado con las sanciones a Rusia?

Muchos temen que las sanciones impuestas a Rusia por anexar Crimea tengan en Londres daños colaterales por el peso de las inversiones rusas en la economía de la ciudad. Según revela hoy el New York Times, no parece que eso ocurra.

1 abril, 2014

Es tanto el dinero ruso que se invierte en Londres que ya muchos hablan de “Londongrado”. Las grandes empresas cotizan en la Bolsa de Londres, los magnates compran mansiones que quitan el habla, compran en Harrods, envían a sus niños a los colegios más exclusivos y adquieren clubes de fútbol Todo esto, dicen muchos analistas, es una demostración clara de que Londres es tan dependiente del dinero ruso que Gran Bretaña debería pensar dos veces antes de aceptar incrementar las sanciones económicas que la Unión Europea y Estados Unidos impusieron desde que Rusia anexó Crimea. Les preocupa que Londres, como centro financiero mundial, sufra un daño colateral desproporcionado.

Sin embargo, los datos concretos que publica hoy el New York Times no indican tal cosa, por ahora. Si bien el aporte que hacen los rusos a la prosperidad de Londres y la actividad económica es importante, no es fundamental. El consumo conspicuo de los rusos llama mucho la atención porque la riqueza está concentrada en la manos de unos pocos. Oligarcas como Roman Abramovich, el dueño del club de fútbol Chelsea llama mucho la atención, pero entre los aproximadamente 300.000 rusos que viven en Londres, muy pocos se aproximan a su riqueza.

Uno de los que se ríen de los temores es Raoul Ruparel, jefe de investigaciones económicas de Open Europe, una institución de investigaciones con sede en Londres. Para él la ciudad no es vulnerable a las sanciones ni va a sufrir pérdidas inmensas aunque las sanciones se incrementen. Según él, todo eso está muy exagerado. Las cifras absolutas de las operaciones rusas son grandes, pero eso es porque Londres es un inmenso centro financiero global; hay que poner las cifras en contexto.

Desde que Gazprom se convirtió en la primera compañía rusa en cotizar en Londres hace 18 años, se sumaron otras 67, pero todas juntas representan 5% del total.

Los bancos británicos tampoco están muy expuestos a Rusia, dice Gilles Moëc, economista jefe del Deutsche Bank. El estima que tienen una exposición de US$ 19.000 millones, incluyendo préstamos y títulos, lo cual representa sólo 0,2% de sus activos totales. Los bancos franceses y austríacos están mucho más expuestos que sus colegas británicos, afirma.

Entre 2009 y 2013, Gran Bretaña otorgó visas por tres años a 433 rusos que invirtieron en títulos del gobierno por un valor mínimo de 1 millón de libras esterlinas, lo cual les permitió comprar casas de £10 millones dos años más tarde siempre que retuvieran los títulos. Si bien 433 personas es una cifra alta de personas que pudieron comprar esas visas, representan sólo 0,14% de todos los rusos que viven en Inglaterra.

Los comerciantes en Londres están preocupados, especialmente los atienden a ese segmento del mercado. Las escuelas también. Unos 2.150 niños están inscriptos en colegios privados, 25% más que el año pasado. Pero eso sólo es la tercera parte del número de estudiantes de China y Hong Kong, según el Independent Schools Council.

Con excepción de la compra de propiedades inmuebles, los rusos no invierten demasiado en Gran Bretaña a menos que sea una oportunidad única, según evaluó un asesor impositivo que atiende clientes rusos. La principal preocupación del los rusos ricos es mantener su dinero lo más lejos posible del gobierno ruso.

 

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