<p>Sus comentarios preanunciaron una caída del yen, como resultado de que el Banco del Japón (central) opta ahora por flexibilizar cualitativamente su moneda. En otras palabras, el dólar cedió de ¥ 90 a 83 por dólar en escaso tiempo, pues Tokio redujo su tasa rectora –de por sí exigua- antes de proponer crear un fondo para comprar títulos del gobierno y otros activos.<br />
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“Comienza a remontar vuelo nuevamente la idea de que la moneda puede emplearse como instrumento de política”, sostuvo este martes el FMI. “Traducido a la realidad, ello constituiría un serio peligro para la recuperación occidental. A largo plazo, este tipo de planteos tendrá efectos de largo plazo tan negativos como perjudiciales” <br />
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Por cierto, el miércoles el dólar descendió a sólo ¥ 82,95, tras el anuncio del BdeJ. De inmediato, bonos, acciones, oro (un récord nominal de US$ 1.340) y productos primarios –crudos a US$ 81,90- subieron en todos los mercados. Operadores y especuladores esperan que otros emisores relevantes ahora se monten en una ola de flexibilización cuantitativa.<br />
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Durante las últimas semanas, varias economías de primera línea han estado adoptando medidas para frenar las tendencias alcistas de sus monedas. Japón mismo intervino los cambios vendiendo yen por vez primera en seis años. Este martes, Brasil amenazó con seguir haciendo lo mismo con el real, que ya ha disminuido de R 1,75 a 1,67 por dólar, luego de que ese país doblase el gravamen sobre compras de títulos locales por parte de extranjeros. <br />
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Strauss-Kahn y Guido Mantega, ministro brasileño de hacienda, coincidieron en varios aspectos poco ante de la reunión semestral conjunta FMI-Banco Mundial. Programada para este fin de semana en Washington, puede ser borrascosa. Por de pronto, en Bruselas acaban de chocar el primer ministro chino, Wen Jiabao, con la comisión europea. Precisamente, por divergencias sobre política cambiaria.</p>
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Strauss-Kahn y el FMI están contra la guerra de divisas
Varios gobiernos arriesgan otra vez una guerra de divisas, pues tratan de instrumentar paridades, o sea intervenir, para resolver problemas internos. Así afirma el economista francés, director gerente del Fondo Monetario Internacional.