Siguen los choques gobierno-jerarquía eclesiástica romana

Sin medias tintas, el ministro de interior –Aníbal Fernández- calificó de “enormidades” los conceptos emitidos por Guillermo Marcó, vocero del cardenal Jorge Bergoglio.

4 octubre, 2006

“Le escuché cosas terribles por radio a Marcó”, sostuvo el alto funcionario. El portavoz del episcopado “no puede afirmar que el presidente Néstor Kirchner, elegido libremente, alienta odios”. Entretanto, la nunciatura permanece en cauto silencio, reflejando la incomodidad del Vaticano –y de este papa- ante obispos que se lanzan a la política.

Según Fernández, el primer mandatario “no desea responder directamente a corporación alguna”. Por cierto, Kirchner no tocó el tema en los actos públicos donde participó. En tanto, la oposición y la prensa conservadora se alineaban con Marcó, una especie de Baseotto menos deslenguado.

Por cierto, el ministro político no se privó de señalar que “algunos purpurados usan los templos como unidades básicas. Eso está muy mal y exige autocríticas”. Aludía, claro, al ex obispo de Misiones, Joaquín Piña, jubilado por orden de Roma, justamente por su incursión en política. Pero hay un problema: Piña se opone al gobernador Carlos Rovira, que busca la reelección indefinida, un recurso autoritario de pésima historia en Latinoamérica. Empezando por el difunto Alfredo Stroessner en Paraguay, un modelo de Rovira, y siguiendo con Fidel Castro.

“Le escuché cosas terribles por radio a Marcó”, sostuvo el alto funcionario. El portavoz del episcopado “no puede afirmar que el presidente Néstor Kirchner, elegido libremente, alienta odios”. Entretanto, la nunciatura permanece en cauto silencio, reflejando la incomodidad del Vaticano –y de este papa- ante obispos que se lanzan a la política.

Según Fernández, el primer mandatario “no desea responder directamente a corporación alguna”. Por cierto, Kirchner no tocó el tema en los actos públicos donde participó. En tanto, la oposición y la prensa conservadora se alineaban con Marcó, una especie de Baseotto menos deslenguado.

Por cierto, el ministro político no se privó de señalar que “algunos purpurados usan los templos como unidades básicas. Eso está muy mal y exige autocríticas”. Aludía, claro, al ex obispo de Misiones, Joaquín Piña, jubilado por orden de Roma, justamente por su incursión en política. Pero hay un problema: Piña se opone al gobernador Carlos Rovira, que busca la reelección indefinida, un recurso autoritario de pésima historia en Latinoamérica. Empezando por el difunto Alfredo Stroessner en Paraguay, un modelo de Rovira, y siguiendo con Fidel Castro.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades