Señales de estancamiento económico en Eurolandia y Estados Unidos

En dos días, el euro cedió de US$ 1,152 a 1,139 y rebotó a 1,156 porque (a) Eurolandia se estancó desde el primer trimestre y (b) aparecieron signos deflatorios en EE.UU. Pero Alemania es la clave: puede hacer bajar las tasas referenciales.

18 mayo, 2003

Tras el anticipo sobre la economía germana -formulado el miércoles por el ministro de Hacienda, Hans Eichler-, Francia, Holanda e Italia revelaron que también habían retrocedido en enero-marzo. El cuarteto representa dos tercios del producto interno de Eurolandia, los doce adherentes a la moneda común. Ahora, los mercados apuestan que el Banco Central Europeo dejará de lado su “anacrónica rigidez antinflacionaria” (definición del experto Martin Wolf) y rebajará el tipo básico -2,5% anual-, que dobla al de Estados Unidos.

En Alemania, tercera economía mundial –excluyendo la Unión Europea-, el producto bruto interno se contrajo 0,2% en enero-marzo. Eso no ocurría desde el último trimestre de 2001. Como señaló Eichler, “la oficina estadística federal desvirtúa estimaciones del Bundesbank y expectativas del propio gobierno. En vez de un leve avance, el PBI ha registrado un leve retroceso”. El PBI holandés cedió 0,3% y 0,1% los de Francia e Italia. El promedio de la eurozona quedo neutro, mientras el BCE esperaba +0,3 en Alemania y +0,4% en el área.

Clave de Eurolandia, toda la UE (los quince) y la ampliación hacia el este, la economía teutona equivale a US$ 2 billones, o sea 18% del PBI estadounidense. La combinación de un euro todavía caro –que traba exportaciones- y el desempleo más alto desde 1997 (que reduce el consumo) “hace temer que el actual trimestre mantenga la tendencia del anterior”, admitió el ministro. En 2002, el PBI alemán había subido al ritmo más lento desde 1993 (1%). En realidad, apenas comenzaba a salir de la recesión sufrida en la segunda mitad de 2001.

En los últimos días, Volkswagen –la mayor automotriz europea-, DaimlerChrysler, Henkel, Lufthansa y Siemens reconocieron que el “supereuro” estaba deteriorando su rentabilidad. En lo tocante a los consumidores, su confianza está en el mínimo desde 1995. A la luz de estos factores, analistas ajenos al negocio bursátil sostienen que las principales plazas europeas siguen en una “miniburbuja” especulativa.

Mientras los mercados digerían esos datos, la semana cerró con una mala señal estadounidense: por primera vez desde septiembre de 2001, cedieron los precios minoristas (0,3% en abril). Este síntoma deflacionario atenuó la especulación bursátil e hizo rebotar el euro hasta US$ 1,156 enm Nueva York, otra vez cerca del récord histórico.

Tras el anticipo sobre la economía germana -formulado el miércoles por el ministro de Hacienda, Hans Eichler-, Francia, Holanda e Italia revelaron que también habían retrocedido en enero-marzo. El cuarteto representa dos tercios del producto interno de Eurolandia, los doce adherentes a la moneda común. Ahora, los mercados apuestan que el Banco Central Europeo dejará de lado su “anacrónica rigidez antinflacionaria” (definición del experto Martin Wolf) y rebajará el tipo básico -2,5% anual-, que dobla al de Estados Unidos.

En Alemania, tercera economía mundial –excluyendo la Unión Europea-, el producto bruto interno se contrajo 0,2% en enero-marzo. Eso no ocurría desde el último trimestre de 2001. Como señaló Eichler, “la oficina estadística federal desvirtúa estimaciones del Bundesbank y expectativas del propio gobierno. En vez de un leve avance, el PBI ha registrado un leve retroceso”. El PBI holandés cedió 0,3% y 0,1% los de Francia e Italia. El promedio de la eurozona quedo neutro, mientras el BCE esperaba +0,3 en Alemania y +0,4% en el área.

Clave de Eurolandia, toda la UE (los quince) y la ampliación hacia el este, la economía teutona equivale a US$ 2 billones, o sea 18% del PBI estadounidense. La combinación de un euro todavía caro –que traba exportaciones- y el desempleo más alto desde 1997 (que reduce el consumo) “hace temer que el actual trimestre mantenga la tendencia del anterior”, admitió el ministro. En 2002, el PBI alemán había subido al ritmo más lento desde 1993 (1%). En realidad, apenas comenzaba a salir de la recesión sufrida en la segunda mitad de 2001.

En los últimos días, Volkswagen –la mayor automotriz europea-, DaimlerChrysler, Henkel, Lufthansa y Siemens reconocieron que el “supereuro” estaba deteriorando su rentabilidad. En lo tocante a los consumidores, su confianza está en el mínimo desde 1995. A la luz de estos factores, analistas ajenos al negocio bursátil sostienen que las principales plazas europeas siguen en una “miniburbuja” especulativa.

Mientras los mercados digerían esos datos, la semana cerró con una mala señal estadounidense: por primera vez desde septiembre de 2001, cedieron los precios minoristas (0,3% en abril). Este síntoma deflacionario atenuó la especulación bursátil e hizo rebotar el euro hasta US$ 1,156 enm Nueva York, otra vez cerca del récord histórico.

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