Senado de EE.UU. no muerde la manzana

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El Senado de Estados Unidos recibe hoy al presidente ejecutivo de Apple, Tim Cook, para que responda acerca de una presunta evasión fiscal gigantesca, entre 2009 y 2012, calculada en 74.000 millones de dólares.

Asimismo, cita el informe final del subcomité de investigaciones del Senado a una subsidiaria de Apple situada en Irlanda habiendo obtenido en 2011 ganancias por 22 mil millones, de los que pagaron sólo el 0,05% de los impuestos. 

Del mismo modo, otra de las ramas ha hecho 30 mil millones en ganancias desde 2009, completamente libre de impuestos, afirma el reporte, donde se pone de manifiesto que algunas de las subsidiarias en el extranjero fueron, y todavía son, las “cajas vacías”, sin ningún tipo de empleados, todas gestionadas desde la sede central en California. 
El fabricante del iPhone y de los Mac fue formalmente acusado, mientras colegas como Microsoft, Google, HP y Cisco Systems también han sido denunciadas por el Congreso de EE.UU. de crear una estructura de filiales en el exterior que les permite evitar el pago de miles de millones de dólares en impuestos, y no sólo en EE.UU. 
Así, por ejemplo, se señala que Google rebajó 3.100 millones de dólares y terminó pagando sólo un 2,4% de impuestos. 
Hasta dos tercios de las corporaciones americanas o foráneas que actuaban en EE.UU. eludieron tributos en 2008, pese a que las ventas en conjunto suman 2.500 millones de dólares. 
Subyace en la ofensiva parlamentaria el debate que tiene lugar en EE.UU. para modificar el actual régimen fiscal a las empresas, ya que el impuesto de sociedades es del 35%, el más alto entre los países de la OCDE. En ese sentido, existe una corriente a favor de una amplia reforma del actual sistema, en la que demócratas y republicanos están de acuerdo, aunque difieren en la manera. 
Invitado especial al último discurso sobre el Estado de la Unión del presidente Barack Obama, el máximo directivo de Apple insistió en que el actual sistema penaliza a las multinacionales que realizan el grueso de sus ingresos fuera de EE.UU. cuando deciden repatriar los beneficios. 
Ante los senadores, Cook negará haber incurrido en artimaña fiscal alguna y señalará que con su actividad creó más de 600.000 empleos, si bien sólo en 2012 pagó impuestos por un valor superior a los 6.000 millones de dólares. Y que por los beneficios que genera en EE.UU. tributó el 30,5%. 
Admitirá que Apple tiene operaciones en Irlanda pero negará rotundamente que esté dirigiendo el dinero de su actividad exterior hacia paraísos fiscales como el de las Islas Caimán. 
Tendrá que responder a duras acusaciones, como la que escribió el senador demócrata Carl Levin al final del informe: Apple no se contenta con pasar sus beneficios a paraísos fiscales en el extranjero, busca la exención total al no tener domicilio fiscal en cualquiera de esos lugares para recibir las reclamaciones, sentenció. 
O a juicios lapidarios como el del ex candidato republicano a la Casa Blanca en 2008 y senador de Arizona, John McCain, quien ha llamado Apple uno de los mayores evasores de impuestos en Estados Unidos. 
Hasta ahora, los sistemas utilizados por la multinacional fundada por Steve Jobs parecían legales, ya que deberían pagarse los honorarios sólo en el día que decidiera repatriar los beneficios declarados en el extranjero. 
A fin de no ser obligado a regresar a esa cantidad de dinero en efectivo, hace unas semanas, Apple decidió retribuir a sus accionistas con más generosidad lanzando una megaemisión de obligaciones: es mejor pedir prestado que incluir fondos del exterior y no pagar así impuestos.

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