La semana laboral se cerró con signos contradictorios. Por una parte, el Gobierno logró obtener la ratificación del acuerdo logrado con los gobernadores de provincia, con lo que alcanzó uno de los compromisos asumidos con el FMI, pero a la vez encontró dificultades para la sanción del proyecto de presupuesto.
A la par, los observadores percibían señales de desconcierto y dudas en diversos sectores en los cuales se reclama un proyecto nacional claro, una estrategia definida que supere las facciones políticas o de intereses y convoque a toda la sociedad a generar una empresa común: movilizar al país hacia una vigorosa reactivación.
En el sector económico, Manuel Sacerdote, titular del BankBoston, declaró el jueves su optimismo sobre las condiciones generales de la economía, pero manifestó su desilusión por la incapacidad de reducir el gasto público y la falta de éxito en combatir la evasión fiscal.
También el ex viceministro de Economía, Carlos Rodríguez se mostró preocupado por la posibilidad de que los efectos positivos del blindaje financiero internacional se vean menguados por problemas vinculados con la actuación de la clase política (Ver “Polémica sobre el blindaje financiero”).
Contribuía a la percepción de los hombres de empresa los trascendidos registrados por el periodismo acerca de eventuales tendencias centrífugas en la coalición oficial, donde la figura de Carlos Alvarez aparece rodeado de un halo de enigmático silencio, que alienta todo género de versiones sobre el futuro de la Alianza (ver ” Contradictorias versiones sobre la Alianza”).
La caída de las ventas en la industria del calzado (- 30% en los últimos tres años) de acuerdo a un informe de la respectiva a cámara empresaria, son fruto de la “competencia desleal” del Brasil y de la recesión.
La entidad solicita urgentes medidas para reactivar el mercado interno, una inquietud que acompañan todos los sectores productivos.
Carteles pegados en la vía pública resumen la posición de los fabricantes de calzado: “Brasil fomenta la industria; la Argentina la desocupación”.
Por otra parte, mientras el director del Fondo Monetario Internacional, Horst Köler, expresó su confianza en el panorama argentino, fuentes del ministerio de Economía, hablando confidencialmente con los periodistas, afirmaron que los miembros de la delegación de ese organismo expresaron su preocupación por el rechazo en Diputados del artículo 58 de la ley de Presupuesto, que permitía una serie de medidas destinadas a reestructurar la administración pública.
Mientras el gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf, anunciaba su plan de inversiones en obras públicas, para generar 200.000 empleos, diversos sectores reclaman al gobierno una clara política en el sector migratorio, para evitar lo que algunos denominan el “efecto de vasos comunicantes”.
El mandatario bonaerense afirmó que las empresas adjudicatarias de licitaciones deberán trabajar con personal en blanco, argentino o extranjero munido de documentos legales de radicación; no podrán hacerlo los indocumentados.
De esa manera sostuvo que se evitarán las maniobras por la cuales algunas empresas contratan mano de “obra esclava” a países vecinos, desplazando a los trabajadores argentinos.
De manera reiterada diversos estudios económicos han planteado esta problemática que roza sectores muy sensibles de la sociedad.
Mientras algunos abogan por una política de fronteras abiertas y de flexibilidad indiscriminada ante la presencia de centenares de miles de ilegales en el país, no será posible solucionar la desocupación.
¿Que proporción de los 200.000 empleos que augura generar Ruckauf influirá en mejorar las condiciones de vida de la población, si de inmediato fluyeran, sin resguardo alguno, los millones de migrantes fronterizos?.
Esta es, sin dudas, una de las problemáticas que las clases dirigentes del país deben abordar con honradez, patriotismo, generosidad y falta de prejuicios, evitando caer en la paranoia xenófoba, pero a la vez ,en la demagogia que percibe en las masas desheredadas que llegan clandestinamente sólo una eventual fuente de votos.
Estos ejemplos, tomados al acaso, en función de la actualidad semanal, sirven para que podamos situarnos frente a la necesidad de pensar el país posible del futuro, en función de la realidad actual, aunando criterios y decisiones en función de los intereses generales, de los argentinos y de aquellos extranjeros de buena voluntad que nos acompañen en una empresa común.
La semana laboral se cerró con signos contradictorios. Por una parte, el Gobierno logró obtener la ratificación del acuerdo logrado con los gobernadores de provincia, con lo que alcanzó uno de los compromisos asumidos con el FMI, pero a la vez encontró dificultades para la sanción del proyecto de presupuesto.
A la par, los observadores percibían señales de desconcierto y dudas en diversos sectores en los cuales se reclama un proyecto nacional claro, una estrategia definida que supere las facciones políticas o de intereses y convoque a toda la sociedad a generar una empresa común: movilizar al país hacia una vigorosa reactivación.
En el sector económico, Manuel Sacerdote, titular del BankBoston, declaró el jueves su optimismo sobre las condiciones generales de la economía, pero manifestó su desilusión por la incapacidad de reducir el gasto público y la falta de éxito en combatir la evasión fiscal.
También el ex viceministro de Economía, Carlos Rodríguez se mostró preocupado por la posibilidad de que los efectos positivos del blindaje financiero internacional se vean menguados por problemas vinculados con la actuación de la clase política (Ver “Polémica sobre el blindaje financiero”).
Contribuía a la percepción de los hombres de empresa los trascendidos registrados por el periodismo acerca de eventuales tendencias centrífugas en la coalición oficial, donde la figura de Carlos Alvarez aparece rodeado de un halo de enigmático silencio, que alienta todo género de versiones sobre el futuro de la Alianza (ver ” Contradictorias versiones sobre la Alianza”).
La caída de las ventas en la industria del calzado (- 30% en los últimos tres años) de acuerdo a un informe de la respectiva a cámara empresaria, son fruto de la “competencia desleal” del Brasil y de la recesión.
La entidad solicita urgentes medidas para reactivar el mercado interno, una inquietud que acompañan todos los sectores productivos.
Carteles pegados en la vía pública resumen la posición de los fabricantes de calzado: “Brasil fomenta la industria; la Argentina la desocupación”.
Por otra parte, mientras el director del Fondo Monetario Internacional, Horst Köler, expresó su confianza en el panorama argentino, fuentes del ministerio de Economía, hablando confidencialmente con los periodistas, afirmaron que los miembros de la delegación de ese organismo expresaron su preocupación por el rechazo en Diputados del artículo 58 de la ley de Presupuesto, que permitía una serie de medidas destinadas a reestructurar la administración pública.
Mientras el gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf, anunciaba su plan de inversiones en obras públicas, para generar 200.000 empleos, diversos sectores reclaman al gobierno una clara política en el sector migratorio, para evitar lo que algunos denominan el “efecto de vasos comunicantes”.
El mandatario bonaerense afirmó que las empresas adjudicatarias de licitaciones deberán trabajar con personal en blanco, argentino o extranjero munido de documentos legales de radicación; no podrán hacerlo los indocumentados.
De esa manera sostuvo que se evitarán las maniobras por la cuales algunas empresas contratan mano de “obra esclava” a países vecinos, desplazando a los trabajadores argentinos.
De manera reiterada diversos estudios económicos han planteado esta problemática que roza sectores muy sensibles de la sociedad.
Mientras algunos abogan por una política de fronteras abiertas y de flexibilidad indiscriminada ante la presencia de centenares de miles de ilegales en el país, no será posible solucionar la desocupación.
¿Que proporción de los 200.000 empleos que augura generar Ruckauf influirá en mejorar las condiciones de vida de la población, si de inmediato fluyeran, sin resguardo alguno, los millones de migrantes fronterizos?.
Esta es, sin dudas, una de las problemáticas que las clases dirigentes del país deben abordar con honradez, patriotismo, generosidad y falta de prejuicios, evitando caer en la paranoia xenófoba, pero a la vez ,en la demagogia que percibe en las masas desheredadas que llegan clandestinamente sólo una eventual fuente de votos.
Estos ejemplos, tomados al acaso, en función de la actualidad semanal, sirven para que podamos situarnos frente a la necesidad de pensar el país posible del futuro, en función de la realidad actual, aunando criterios y decisiones en función de los intereses generales, de los argentinos y de aquellos extranjeros de buena voluntad que nos acompañen en una empresa común.