Semana agitada para de la Rúa

Confirmó su línea estratégica en el plano interno y en el internacional. Mandó señales a los inversores y procura abrir nuevos mercados.

27 mayo, 2000

En esta corta semana de cuatro días hábiles – celebración patria mediante – Fernando de la Rúa demostró que tiene la intención de superar lo meramente puntual y encarar la acción política con criterio estratégico. Lo hizo en dos planos: en el nacional y en el internacional. Afianzó su autoridad enfrentando las críticas a la política económica y social procedentes de la oposición y de algunos exponentes de la Alianza.

Debió conciliar el ajuste necesario para obtener el consentimiento del Fondo Monetario Internacional y el eventual apoyo de los inversores, cerrando el déficit fiscal y creando las condiciones que permitan al país cumplir con la cuota de US$ l7.000 millones anuales, del pago de los servicios de la deuda externa.

Demostró claro apoyo a un ministro de Economía cuestionado por propios y extraños.; los medios habían registrado la desaprobación a la línea propuesta por el Fondo Monetario Internacional de parte de políticos, economistas, dirigentes sindicales, sectores eclesiásticos y analistas.

Respaldó enérgicamente a José Luis Machinea en un nuevo reajuste fiscal de $600 millones, que llevaría el recorte de gastos a $2.000 millones y envió mensajes de tranquilidad a los mercados externos. Los resultados se percibirían al finalizar la semana, con el alza de la Bolsa de Buenos Aires y de los bonos del Estado.

También movió sus piezas en la contención de un posible desborde social, sobre el cual circulaban insistentes versiones surgidas de los mecanismos de Inteligencia. Reunió a su gabinete económico y social, convocó a los gobernadores de provincia , a sus ministros y secretarios del área en cuestión.

El ajuste se anunciará, según fuentes cercanas al gobierno, en las próximas horas —“No se puede esperar una semana más. Cualquier demora favorecerá especulaciones´´— dijo el jefe de gabinete Rodolfo Terragno.

El ajuste incluirá una baja de salarios en la administración pública, fusión de organismos del Estado y una reforma previsional. El monto no pudo ser confirmado. El titular del Servicio de Inteligencia del Estado, Fernando de Santibáñez, mano derecha del presidente Fernando de la Rúa, dijo que alcanzaría 1.500 millones.
Terragno aseguró, por su parte, que “de ningún modo va a llegar a esa cifra´´.

Después de establecer una alianza táctica con la Iglesia Católica para resolver el litigo puntual surgido en la provincia de Salta, enderezó su acción a establecer las bases de una política de Estado con los mandatarios del interior del país, sin importar su procedencia política o ideológica.

Apoyado en la alianza estratégica con su colega trasandino Ricardo Lagos, se apresta a tener intervención protagónica en la conducción de la política en sucesivas reuniones con el presidente Bill Clinton, con los gobernantes de la región convocados por Fernando Henrique Cardoso en Brasilia y en las deliberaciones de los mandatarios de la Tercera Vía que se reunirán en el Viejo continente dentro del paragüas de la común concepción de la democracia social.

La apertura del mercado de las carnes por el reconocimiento de la Argentina como país libre de aftosa sin vacunación, la proximidad del ingreso de china a la Organización Mundial de Comercio y la presencia de la delegación de empresarios argentinos en Beijin, encabezados por el vicenciller Chighizola, contribuyeron a afianzar la imagen presidencial

En esta corta semana de cuatro días hábiles – celebración patria mediante – Fernando de la Rúa demostró que tiene la intención de superar lo meramente puntual y encarar la acción política con criterio estratégico. Lo hizo en dos planos: en el nacional y en el internacional. Afianzó su autoridad enfrentando las críticas a la política económica y social procedentes de la oposición y de algunos exponentes de la Alianza.

Debió conciliar el ajuste necesario para obtener el consentimiento del Fondo Monetario Internacional y el eventual apoyo de los inversores, cerrando el déficit fiscal y creando las condiciones que permitan al país cumplir con la cuota de US$ l7.000 millones anuales, del pago de los servicios de la deuda externa.

Demostró claro apoyo a un ministro de Economía cuestionado por propios y extraños.; los medios habían registrado la desaprobación a la línea propuesta por el Fondo Monetario Internacional de parte de políticos, economistas, dirigentes sindicales, sectores eclesiásticos y analistas.

Respaldó enérgicamente a José Luis Machinea en un nuevo reajuste fiscal de $600 millones, que llevaría el recorte de gastos a $2.000 millones y envió mensajes de tranquilidad a los mercados externos. Los resultados se percibirían al finalizar la semana, con el alza de la Bolsa de Buenos Aires y de los bonos del Estado.

También movió sus piezas en la contención de un posible desborde social, sobre el cual circulaban insistentes versiones surgidas de los mecanismos de Inteligencia. Reunió a su gabinete económico y social, convocó a los gobernadores de provincia , a sus ministros y secretarios del área en cuestión.

El ajuste se anunciará, según fuentes cercanas al gobierno, en las próximas horas —“No se puede esperar una semana más. Cualquier demora favorecerá especulaciones´´— dijo el jefe de gabinete Rodolfo Terragno.

El ajuste incluirá una baja de salarios en la administración pública, fusión de organismos del Estado y una reforma previsional. El monto no pudo ser confirmado. El titular del Servicio de Inteligencia del Estado, Fernando de Santibáñez, mano derecha del presidente Fernando de la Rúa, dijo que alcanzaría 1.500 millones.
Terragno aseguró, por su parte, que “de ningún modo va a llegar a esa cifra´´.

Después de establecer una alianza táctica con la Iglesia Católica para resolver el litigo puntual surgido en la provincia de Salta, enderezó su acción a establecer las bases de una política de Estado con los mandatarios del interior del país, sin importar su procedencia política o ideológica.

Apoyado en la alianza estratégica con su colega trasandino Ricardo Lagos, se apresta a tener intervención protagónica en la conducción de la política en sucesivas reuniones con el presidente Bill Clinton, con los gobernantes de la región convocados por Fernando Henrique Cardoso en Brasilia y en las deliberaciones de los mandatarios de la Tercera Vía que se reunirán en el Viejo continente dentro del paragüas de la común concepción de la democracia social.

La apertura del mercado de las carnes por el reconocimiento de la Argentina como país libre de aftosa sin vacunación, la proximidad del ingreso de china a la Organización Mundial de Comercio y la presencia de la delegación de empresarios argentinos en Beijin, encabezados por el vicenciller Chighizola, contribuyeron a afianzar la imagen presidencial

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