Un verdadero milagro chino: más estímulos, pero sin cifras
Contra las expectativas de todos los mercados, desde Tokio hasta Nueva York, el premier Wen Jiabao señaló que habrá un extensivo plan de estímulos, pero sin comprometer ninguna cifra adicional a los US$ 590.000 millones fijados en noviembre.
5 marzo, 2009
<p>El plan original lanzado en noviembre, combinaba acciones en curso y nuevas, centradas en proyectos infraestructurales al estilo keynesiano. Entre otras cosas, se impulsaba el desarrollo industrial y rural.</p>
<p>Entre los nuevos anuncios, se destacan un vasto programa de obras públicas y de infraestructura, y mecanismos para aumentar el consumo interno de la población.</p>
<p>La sorpresa fue la ausencia de cifras explicativas de la envergadura de la iniciativa. Algo que no ayuda a mejorar la ausencia de transparencia del gobierno de Beijing.</p>
<p>Las decisiones fundamentales les caben al presidente Hu Jintao y al primer ministro Wen Jiabao. Carecen del poder que esgrimían Mao Zedong o Deng Xiaoping y deben mantener equilibrios entre facciones en pugna dentro de la élite. Los altos funcionarios expresan facciones, clanes y camarillas que, en esta fase, responden a dos grupos dominantes.</p>
<p>Uno sostiene que la solidez económica y la paz social deben apoyarse en la masa campesina (tesis de Lenin). El otro ve un futuro de urbes costeras, industria y comercio (tesis remitible a Karl Marx). Dos figuras claves en el comité permanente del Politburó subrayan la puja: Xi Jianping y Li Keqang. Considerados líderes potenciales de la quinta generación, aspiran a suceder en el timón a Hu y Wen</p>
<p>Li pretende volver a la economía centralmente planificada con menor poder regional y conglomerados industriales de carácter vertical (su modelo es el antiguo zaibatsu japonés). Para Xi, la actividad económica y el crecimiento deben descentralizarse y, en lo industrial, horizontalizarse como el keiretsu nipón. Si el litoral avanza más rápido, mejor: eventualmente, recursos financieros, empleo tecnología irán al interior. Por supuesto, nadie –fuera de Hongkong- piensa en la economía de mercado ni en un estado prescindente.</p>
<p> </p>