Se presentó el plan de reforma del Estado

El intento prevé eliminar organismos públicos cuya administración pueda centralizarse, lo que se hará junto con la creación de nuevos ministerios. Los objetivos son el ahorro y la eficiencia.

4 abril, 2001

La suspendida reforma del Estado es ahora la prioridad del Gobierno de De la Rúa, una vez que logró definir la política económica, cuestión que mantuvo ocupada a la administración durante tres agitadas semanas.

En la reunión de ayer (martes 3) del Gabinete de Ministros, se intentó recuperar la iniciativa y analizó un proceso de reestructuración de los organismos públicos con dos objetivos primordiales: ahorro y eficiencia.

El nuevo diseño del Estado comprende la reforma de la ley de ministerios –posibilitada una vez que el ministro de Economía, Domingo Cavallo, obtuvo del Congreso los poderes especiales–, en la que se crearán al menos tres nuevas carteras: Seguridad Social, Turismo y Transparencia (o Ética Pública).

Esta primer medida responde a la unión del Anses y de la SAFJP, por un lado, y de las secretarías de Deporte y Turismo, por el otro, además del otorgamiento a la Oficina Anticorrupción el rango elevado de ministerio –ésto último ya fue confirmado por el ministro de Justicia, Jorge de la Rúa–.

En principio, se cree que con esta iniciativa el Estado ahorrará anualmente entre $ 30 millones y $ 40 millones en gastos de administración –mediante, en parte, la reducción de los directores de las oficinas descentralizadas–.

Sólo se mantendrían los directorios de los bancos oficiales, como el Nación, el Central y el Banco de Inversión y de Comercio Exterior (BICE), cuyos miembros tienen funciones ejecutivas.

Sin embargo, la reestructuración de la administración pública no fue bien recibida por el titular de la cartera del Interior, Ramón Mestre, quien señaló que su ministerio funciona hoy con 33% de los recursos con los que contaba Carlos Corach en el gobierno de Carlos Menem, por lo que pidió que se considere la posibilidad de no ser objeto de cambios.

Por su parte, el ministro de Educación, Andrés Delich, ya dio impulso a la reforma en esa cartera, y busca reubicar a 500 empleados cuya ausencia, a su parecer, no afectan la administración del ministerio.

Delich prevé, además, eliminar una secretaría de Estado y las direcciones de escuelas nacionales, lo que en total le ahorraría alrededor de $ 5 millones anuales y “gastos indirectos que son difíciles de calcular”, según dijo el mismo ministro.

La suspendida reforma del Estado es ahora la prioridad del Gobierno de De la Rúa, una vez que logró definir la política económica, cuestión que mantuvo ocupada a la administración durante tres agitadas semanas.

En la reunión de ayer (martes 3) del Gabinete de Ministros, se intentó recuperar la iniciativa y analizó un proceso de reestructuración de los organismos públicos con dos objetivos primordiales: ahorro y eficiencia.

El nuevo diseño del Estado comprende la reforma de la ley de ministerios –posibilitada una vez que el ministro de Economía, Domingo Cavallo, obtuvo del Congreso los poderes especiales–, en la que se crearán al menos tres nuevas carteras: Seguridad Social, Turismo y Transparencia (o Ética Pública).

Esta primer medida responde a la unión del Anses y de la SAFJP, por un lado, y de las secretarías de Deporte y Turismo, por el otro, además del otorgamiento a la Oficina Anticorrupción el rango elevado de ministerio –ésto último ya fue confirmado por el ministro de Justicia, Jorge de la Rúa–.

En principio, se cree que con esta iniciativa el Estado ahorrará anualmente entre $ 30 millones y $ 40 millones en gastos de administración –mediante, en parte, la reducción de los directores de las oficinas descentralizadas–.

Sólo se mantendrían los directorios de los bancos oficiales, como el Nación, el Central y el Banco de Inversión y de Comercio Exterior (BICE), cuyos miembros tienen funciones ejecutivas.

Sin embargo, la reestructuración de la administración pública no fue bien recibida por el titular de la cartera del Interior, Ramón Mestre, quien señaló que su ministerio funciona hoy con 33% de los recursos con los que contaba Carlos Corach en el gobierno de Carlos Menem, por lo que pidió que se considere la posibilidad de no ser objeto de cambios.

Por su parte, el ministro de Educación, Andrés Delich, ya dio impulso a la reforma en esa cartera, y busca reubicar a 500 empleados cuya ausencia, a su parecer, no afectan la administración del ministerio.

Delich prevé, además, eliminar una secretaría de Estado y las direcciones de escuelas nacionales, lo que en total le ahorraría alrededor de $ 5 millones anuales y “gastos indirectos que son difíciles de calcular”, según dijo el mismo ministro.

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