viernes, 22 de noviembre de 2024

Se duplicó la deuda del Banco Central

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El déficit fiscal del sector público nacional se ubica en el orden del 5% del PBI.

La mayor parte se financió con emisión monetaria que, como no es aceptada por el público, tuvo que ser absorbida con Leliq y pases. Esto genera un acelerado e insostenible incremento en la deuda del Banco Central.

El Ministerio de Economía dio a conocer el resultado fiscal del sector público nacional en el 2021. El déficit fiscal total, -explica el último informe de la consultora IDESA- que es la suma del déficit fiscal primario más los intereses de deuda, bajó desde el 8,3% en el 2020 a 4,9% del PBI en el 2021. La importante disminución responde a que el 2020 fue un año atípico. En el 2021, sin ser todavía de total normalidad, los ingresos públicos tendieron a recuperarse y los gastos por Covid a reducirse.

Un mejor punto de referencia para la comparación es el 2019. En esta perspectiva, el déficit total aumentó más de un punto del PBI, ya que en el 2019 era de 3,8% del PBI. El incremento en el desequilibrio de las finanzas públicas se explica porque mientras los ingresos públicos aumentaron un 1,5% del PBI, las erogaciones lo hicieron en un 2,6% del PBI. El deterioro en las cuentas públicas claramente no se origina en un estancamiento de los ingresos sino en la fuerte aceleración de los gastos.

Este déficit genera una “necesidad de financiamiento”. Dicho de otra manera, obliga a emitir deuda pública o a emitir pesos. En este sentido, según los datos del Ministerio de Economía y del Banco Central, entre el 2019 y el 2021, se observa que:

  • La deuda pública del Tesoro nacional pasó de 89% a 86% del PBI.
  • La deuda del Banco Central (Leliq y pases) pasó de 5,5% a 11% del PBI.
  • Esto significa que el endeudamiento público total del Tesoro y el Banco Central pasó de 95% a 97% del PBI.

Estos datos muestran que el endeudamiento del sector público nacional sigue creciendo. Lo que cambió fue su composición. A raíz de que la Argentina reprogramó su deuda tiene acceso muy limitado al crédito vía títulos públicos. Con mucho esfuerzo se llega a colocar nueva deuda en el mercado financiero local que apenas alcanza para cubrir los vencimientos de la deuda vieja.

Por esto, prácticamente la totalidad del déficit fiscal se cubre con emisión monetaria. Para evitar que la emisión exacerbe la inflación, el Banco Central absorbe los excesos de moneda en el mercado colocando Leliq y pases. En los últimos dos años esta absorción duplicó la deuda del Banco Central.

Esta dinámica invalida el argumento de la Vicepresidenta cuestionando el préstamo con el FMI porque es una deuda en dólares que no se puede pagar en pesos. Esta visión pasa por alto que emitir pesos para pagar deuda en pesos es igualmente perjudicial porque acelera la inflación. Pagar deuda en pesos con emisión de pesos es análogo a declarar el default de la deuda dolarizada, solo que se lo hace de manera gradual y no explícita, erosionando los ingresos de los argentinos con el aumento de los precios. Cuando el endeudamiento es irresponsable, no importa la moneda de denominación.

El acelerado endeudamiento del Banco Central también invalida el argumento oficial de que una reducción más rápida del déficit fiscal, como estaría pidiendo el FMI, entrañaría sacrificar crecimiento económico. El principal factor de aumento del déficit fiscal son los subsidios a la energía, al transporte y a las empresas públicas que pasaron de 1,6% en el 2019 a 3,2% del PBI en el 2021.

Según el diagnóstico oficial, si las tarifas de servicios públicos no estuvieran subsidiadas habría menos consumo y así menos actividad económica. Se pasa por alto que la emisión de Leliq y pases, que hace el Banco Central para absorber la emisión monetaria que provocan los subsidios, es recesiva porque le quita crédito a la producción y al consumo. Subsidiar las tarifas con emisión para alentar el consumo y, por otro lado, absorber la emisión para contener el consumo a fin de que no genere más inflación es como el perro que se persigue la cola.

La principal conclusión es que hay que reducir el déficit fiscal no porque lo imponga el FMI sino porque lo exige el sentido común. Emitir dinero para pagar los subsidios a las tarifas y luego absorber esa emisión con Leliq y pases es regresivo y recesivo. Regresivo porque los subsidios favorecen a familias de ingresos medios y altos. Recesivo porque se ha llegado al punto en el que todos los depósitos de los bancos van a Leliq y pases del Banco Central, en lugar de ser usados para dar créditos a las empresas y a las familias.

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