Se declara nulo el balance 2002 de Parmalat
La Commisione Nazionale per Società e Borse (Consob) anula el último balance anual de Parmalat y cuestiona a los auditores. Al mismo tiempo, Berlín quiere saber por qué Deutsche Bank siguió apoyando a la firma ya en crisis.
6 enero, 2004
Las doce horas de interrogatorios a Fausto Tonna –cerebro financiero de la familia Tanzi- llevaron a tres conclusiones preliminares: Deutsche Bank colaboraba con Parmalat cuando ésta ya se desplomaba a causa de fraudes y estafas, los estados financieros son insostenibles (por eso, la Consob anuló el de 2002) y los revisores de cuentas han sido los mismos durante quince años.
En especial, Lorenzo Penca y el estudio Grant & Thornton, filial italiana de GT International. Sólo cambiaban los carteles en las puertas. Pero ahora asoma un hilo conductor entre el caso parmesano, la caída de Cirio (otra empresa familiar) y la bancarrota Fiorini-Sasea: el propio Penca. Los tres escándalos comparten operaciones extraterritoriales, venalidad en las cúpulas, corrupción sistémica, falsificación de documentos, balances inválidos y auditores negligentes o cómplices.
Tampoco se salva Stefano Tanzi, es decir Parma Calcio, club futbolístico local (primera A), actualmente en venta. Los investigadores han detectado “malversación o substracción de fondos por parte de Calisto Tanzi en perjuicio de PC”. Días atrás, el club cambió de directorio y el nuevo se reúne el viernes 9 para resolver su destino.
Pero el tema ahora más caliente reside en los revisores de cuentas. La justicia de Milán debe determinar cómo actuaron los detenidos Penca y Maurizio Bianchi –ambos vinculados a G&T- respecto de tantas irregularidades contables, fácilmente perceptibles por lo menos desde 1999.
En realidad, durante los quince años que van de 1988 a 2002 casi no hubo cambios en el equipo de auditoría y sindicatura. Esto pese a que, en 1999, 51% de las operaciones pasó a ser auditado por Deloitte & Touche (ahora Deloitte). Pero el dúo Penca-Bianchi ya había cambiado la camiseta de Hodgson Landau Brands por la de G&T. Eso ocurrió en 1990, cuando Parmalat desembarcó en la bolsa.
Las doce horas de interrogatorios a Fausto Tonna –cerebro financiero de la familia Tanzi- llevaron a tres conclusiones preliminares: Deutsche Bank colaboraba con Parmalat cuando ésta ya se desplomaba a causa de fraudes y estafas, los estados financieros son insostenibles (por eso, la Consob anuló el de 2002) y los revisores de cuentas han sido los mismos durante quince años.
En especial, Lorenzo Penca y el estudio Grant & Thornton, filial italiana de GT International. Sólo cambiaban los carteles en las puertas. Pero ahora asoma un hilo conductor entre el caso parmesano, la caída de Cirio (otra empresa familiar) y la bancarrota Fiorini-Sasea: el propio Penca. Los tres escándalos comparten operaciones extraterritoriales, venalidad en las cúpulas, corrupción sistémica, falsificación de documentos, balances inválidos y auditores negligentes o cómplices.
Tampoco se salva Stefano Tanzi, es decir Parma Calcio, club futbolístico local (primera A), actualmente en venta. Los investigadores han detectado “malversación o substracción de fondos por parte de Calisto Tanzi en perjuicio de PC”. Días atrás, el club cambió de directorio y el nuevo se reúne el viernes 9 para resolver su destino.
Pero el tema ahora más caliente reside en los revisores de cuentas. La justicia de Milán debe determinar cómo actuaron los detenidos Penca y Maurizio Bianchi –ambos vinculados a G&T- respecto de tantas irregularidades contables, fácilmente perceptibles por lo menos desde 1999.
En realidad, durante los quince años que van de 1988 a 2002 casi no hubo cambios en el equipo de auditoría y sindicatura. Esto pese a que, en 1999, 51% de las operaciones pasó a ser auditado por Deloitte & Touche (ahora Deloitte). Pero el dúo Penca-Bianchi ya había cambiado la camiseta de Hodgson Landau Brands por la de G&T. Eso ocurrió en 1990, cuando Parmalat desembarcó en la bolsa.