<p>Hasta ahora, en realidad, sólo se mueven la estadounidense, British Petroleum y el gigante local, Ente Nazionale Idrocarburi (ENI). En este caso, apela a sus antiguos lazos con Libia, que remiten a los años cincuenta, cuando reinaba Idrís I Senusí.<br />
La virtual victoria del Consejo Nacional de Transición (CNT) plantea serias posibilidades de que, por etapas, la producción de hidrocaburos retorne a los casi dos millones de barriles diarios de 2010. Según Marathon, los peores obstáculos son los daños estructurales y la eventual inestabilidad sociopolítica. <br />
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Bastaron las noticias sobre contactos de Barka-Cirenaica (centro del CNT) con tres empresas para que el petróleo Brent cediese 0,5%, a US$ 107,20 el barril, entre lunes y martes. No obstante, “estamos aún ante una hoja en blanco”, señalaba Lawrence Eagles, analista sectorial en JPMorgan Chase.<br />
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Pero los protagonistas relevantes de esta transición son las compañías italianas y la que incluyen participaciones libias (o de Muammar Ghadafi, sus parientes y socios). El cuadro abarca dos gigantes: ENI (€ 50.204 millones de capitalización, con 0,7% en manos del coronel) y el banco Unicrédito (17.682 millones, 7,2% de participación).<br />
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En segundo plano aparece Finmeccanica, con € 2.670 millones de capitalización y 2% de parte libia. Luego vienen Ansaldo (€ 743 millones en proyectos sospechosos) y el club Juventus (€ 156,4 millones, 7,5%). La lista no se agota en estos casos, pues Libia sedujo a firmas como Impregilo, Trevi, Garboli o Annas.<br />
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Pasando a las finanzas, el banco central libio y el fondo soberano de Trípoli (LFB) han repartido unos US$ 160.000 millones en bancas privadas europeas y norteamericanas. Ello explica que, en marzo último, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo (con jurisdicción sólo en la Eurozona) les hayan congelado derechos de voto a fondos libios e intervinieran cuentas a nombre del Libyan Foreign Bank y los Ghadafi.</p>
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Se avecina la batalla por el petróleo libio
Los grupos que actuaban antes de la guerra civil se aprestan a otra guerra, menos sangrienta pero más dura. Pese a incertidumbres posbélicas, la tejana Marathon Oil hace contactos en Bengasi. A su vez, los italianos van más allá de los crudos.