Se agravan las tensiones entre EE.UU. e Israel
Stewart Nozette, 52 años, celebre científico veterano de la NASA, el Pentágono y el departamento de energía, ha sido arrestado por el buró federal de investigaciones (FBI). Como a Jonathan Pollard en 1985, se lo acusa de espiar para Tel Aviv.
21 octubre, 2009
<p>Hay una diferencia entre ambos escándalos: el actual estalla cuando las relaciones entre EE.UU. e Israel no pasan por un buen momento. Por otra parte, el influyente grupo de judíos ultraconservadores que operaba para George W.Bush lo hace hoy para Richard Cheney y una campaña sucia contra varios proyectos “socializantes” de Barack Obama (reforma financiera, seguro médico para pobres).</p>
<p>Como Pollard, Nozette es ciudadano estadounidense pero la derecha israelí lo considera propia tropa. El detenido tenía natural acceso a secretos claves en materia de tecnología nuclear. Lo malo es que sus motivos no parezcan patrióticos respecto de Tel Aviv: un hombre del FBI, disfrazado como agente del Mosad, demostró que el científico quería US$ 225.000 a cambio de ciertas informaciones.<br />
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Conocido como “padre del experimento Clementine” –permitió descubrir agua bajo el polo sur de la Luna-, hace doce años Nozette había fundado una empresa con acceso a contratos para desarrollar aspectos de vanguardia tecnológica. Participó en el proyecto “guerra de las galaxias”, un frustrado sueño de Ronald Reagan, y “siguió manejando secretos estratégicos”, señala Scott Hubbard (Stanford).<br />
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El acusado era objeto de indagaciones por el FBI desde 2006, o sea aún bajo Bush. En ese momento, se lo sospechaba de inflar gastos usando recibos falsos. En 2008, las autoridades le confiscaron cartas y pruebas de que trabajaba para Israel. Obviamente, ese gobierno –como sucedió con Pollard- sostiene que “no espía a países amigos”. Pero la propia prensa israelí reveló que, desde 1998 hasta la actualidad, Nozette “era consultor técnico de una compañía dedicada a actividades espaciales, controlada por Tel Aviv”.<br />
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Otro dato: a días de asumir Obama la presidencia, el experto abandonó su patria rumbo a Israel con una computadora personal munida de dos puertos USB. Al regresar, ya no los llevaba consigo. Por casualidad, este martes debía iniciarse otra fase de cooperación espacial entre Washington y Tel Aviv (“Juniper cobra” es el código), consistente en simular un complejo ataque con proyectiles sobre Israel, vera obsesión de la derecha. El esquema aplica tecnologías militares norteamericanas harto familiares para Nozette.</p>
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