La séptima cumbre de las Américas tendrá lugar este fin de semana en la Ciudad de Panamá. El encuentro se viene realizando cada tres años desde 1994 y es una oportnidad para que los líderes de América del Norte, Centro y Sur se reúnan y discutan los temas que afectan a la región. Esta vez los temas de la agencia incluyen los desafíos de la cooperación.
Algo histórico ocurrirá en el encuentro de este año. Por primera vez desde el gobierno de Dwight Eisenhower , que se encuentren formalmente los presidentes de Cuba y Estados Unidos, Barack Obama y Raúl Castro. Ambos líderes anunciaron en diciembre pasado que reestablecerían las relaciones diplomáticas después de 50 años de hostilidad.
Pero más allá de las novedades a nivel político, la cumbre coincide con un notable cambio en la economía mundial: el súper ciclo de los commodities se acaba junto con la desaceleración de la economía china y lo que parecía una situación que garantizaba crecimiento duradero demostró que era pasajero. Países despilfarradores como Argentina, como Brasil y como Venezuela son los que más están sufriendo porque el desmanejo, que se escondía detrás del boom de las materias primas, ahora ha quedado a la vista de todos. Pero hasta las economías mejor administradas como las de Chile y Colombia muestran desaceleración.
China fue, durante los últimos años, un comprador clave de las exportaciones latinoamericanas y la región ahora se ve golpeada por grandes ventas de acciones y bonos. La caída de la inversión amenaza los presupuestos y las firmas calificadoras de crédito le bajan la nota a los países.
El Fondo Monetario Internacional, con anterioridad a la publicación de su World Economic Outlook, adelantó que 2015 no será un buen año para América latina debido a la combinación de tres desarrollos: la sostenida desaceleración de la economía china, la caída del precio del petróleo y el bajo precio de los commodities.