<p>La gran coalición vive momentos delicados. Una fracción socialdemócrata disidente –la orienta Kurt Beck- desafía abiertamente a la canciller democristiana. El grupo ha resuelto sostener a Schwann como presidente federal en las elecciones de mayo de 2009.</p>
<p>Eso es un desafío al bloque derechista (Unión democristiana-Unión socialcristiana), cuya ala más conservadora es la ultracatólica CSU. En efecto, existe un acuerdo con la SD para reelegir a Köhler, de la UDC.</p>
<p>Ahora, la actitud rupturista de la “nueva izquierda” socialdemócrata plantea varios problemas, uno de ellos muy espinoso. Sucede que Beck-Schwann quedan a medio camino entre la SD y su antigua izquierda, hoy separada y conducida por el popular Oskar Lafontaine. Köhler, ex director gerente del Fondo Monetario Internacional, preside Alemania desde 2004.</p>
<p>La gran coalición es un intento bipartidario que no cumple aún los tres años en el poder. Muchos expertos creen que se sostiene sólo por la habilidad y la buena imagen de Merkel más el prestigio de Köhler. Por ejemplo, ambos han mantenido cauta distancia del primer papa alemán en siglos, el conservador bávaro Josef Ratzinger.</p>
<p>La actitud de la SD parece extenderse en sus filas, en buena medida porque la gran coalición a veces parece una bolsa de gatos. Entre las razones hay una muy explicable: los socialdemócratas necesitan diferenciarse de sus aliados para retener o ganar varios estados de la federación.</p>
<p>En estas condiciones, será difícil que la sociedad SD-UDC/CSU sobreviva indemne el año que le resta de gobierno. Por de pronto, Schwann ha puesto ya la mira en Lafontaine como futuro socio en una coalición abiertamente izquierdista.</p>
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Schwann pone en peligro la gran coalición de Merkel
Una dama, la socialdemócrata Gesine Schwann, amenaza la trabajosa alianza encabezada por otra, Angela Merkel. En realidad, quiere arrebatarle la presidencia al democristiano Horst Köhler, una pieza clave.