<p>El jueves a última hora, en efecto, el mayor exportador de la entidad –segundo del mundo- dio a entender que está dispuesto a elevar embarques y entró en negociaciones con varias compañías de Europa occidental. Su objeto es, de hoy al lunes, ver cómo se compensa el eventual 2% de caída en la oferta mundial, efecto potencial de la crisis libia.<br />
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En el caso del Brent nórdico, hace dos días llegó a subir diecisiete dólares el barril. Hasta el momento, cabe señalar que se trata de “corridas psicológicas”. Pero, el jueves, Saudiarabia preguntó qué cantidad y tipo de crudos precisan las refinerías europeas clientes de Trípoli.<br />
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Operadores y empresas del negocio temen que una interrupción del abasto petrolero deje a otros proveedores de Levante expuestos a una amplia crisis de oferta. Vladímir Putin, primer ministro ruso, sostiene que “el avance de precios es una seria amenaza al crecimiento económico general”. Su país es el primer exportador de hidrocarburos en el globo y, junto con Saudiarabia e Irán, son los únicos capaces de cubrir rápidamente una suspensión abrupta de exportaciones libias. <br />
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Analistas en varias plazas, desde Francfort y Moscú hasta Hongkong y Chicago, algo nerviosos, no excluyen que ese fenómeno tenga consecuencias similares a la crisis de endeudamiento soberano en la Eurozona. Pero sin chinos que saquen las papas del fuego. También se establecen parangones con los efectos del huracán Catalina en el sudeste de Estados Unidos (2005). En esa instancia, George W.Bush –presidente amigo de petroleras, como su padre- no supo reaccionar a tiempo. <br />
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Como se sabe, en aprietos serios el sector privado no atina a encontrar salida y apela a los gobiernos. En este plano, Saudiarabia considera dos opciones. La primera sería bombear más crudos vía el oleoducto este-oeste, ligando los yacimientos más ricos del este con el puerto de Yanbú, mar Rojo, de donde alcanzarán Europa occidental. La segunda contempla acuerdos de trueque que vinculen crudos de África occidental destinados a compradores de Asia oriental/sudoriental, que podrían derivarse a destinos europeos. <br />
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En las condiciones actuales, los saudíes tienen capacidad ociosa por unos cuatro millones de barriles diarios. Esto más que dobla el total libio (1,6 millones de b/d en enero). Pero, cauta, Riyadh no se decide aún a incrementar la producción. Al parecer, el reino cree que Muammar Ghadafi caerá pronto y las cosas se normalizarán. Hay un signo alentador: por ahora, Trípoli no ataca instalaciones petroleras. En parte, porque están en zonas rebeldes y, en parte, porque el dictador casi no tiene aviones fieles.</p>
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Saudiarabia busca frenar los precios del petróleo
Tras los poscierres del miércoles en Nueva York y Londres (US$ 102 el barril de WTI, 118 el Brent), este viernes los crudos aflojaban a 95/104. El motivo es claro: presiones saudíes sobre la Organización de Países Exportadores Petroleros (Opep).