Rojo fiscal y política impositiva

Alerta roja en el déficit fiscal autorizado por el FMI. Pronósticos de que habrá que hacer más reajustes en el gasto. De la Sota desafía, por el contrario, a disminuir la carga impositiva. Y pone a Córdoba como ejemplo.

10 mayo, 2000

Abril sumó 90% del déficit fiscal autorizado por el Fondo Monetario Internacional para el primer trimestre. El secretario de Hacienda, Mario Vicens, afirmó que se cumplirá con la burocracia financiera del Norte. Pero varios economistas que se reunieron con él, opinan que serán necesarios nuevos ajustes en el gasto.

Carlos Silvani, el recaudador mayor, al abrigo por el momento de los lúgubres augurios que lo daban como eventual renunciante, se prepara a apretar las clavijas a los evasores y, por si fuera poco, subió los anticipos del impuesto a las Ganancias, medidas que, por lo menos, podrían definirse como poco simpáticas para los castigados bolsillos de la clase media.

De la Sota encuentra un terreno ideal para desplegar una temprana, pero eficaz, campaña de imagen para el próximo turno presidencial de 2003. Desafió al gobierno nacional a encarar una política de reducción de impuestos, aunque dudó que De la Rúa se arriesgue, por que a su juicio, el radicalismo es un partido “fiscalista”.

El gobernador cordobés se siente avalado por el aumento de la recaudación en la provincia, a pesar de haber reducido la carga impositiva el 30%. Y exhibe, además otros indicadores. Como el crecimiento del consumo de energía eléctrica en el primer bimestre del año en el orden de 6,44% con relación a 1999. Un parámetro que constituye clara señal de reactivación económica.

Abril sumó 90% del déficit fiscal autorizado por el Fondo Monetario Internacional para el primer trimestre. El secretario de Hacienda, Mario Vicens, afirmó que se cumplirá con la burocracia financiera del Norte. Pero varios economistas que se reunieron con él, opinan que serán necesarios nuevos ajustes en el gasto.

Carlos Silvani, el recaudador mayor, al abrigo por el momento de los lúgubres augurios que lo daban como eventual renunciante, se prepara a apretar las clavijas a los evasores y, por si fuera poco, subió los anticipos del impuesto a las Ganancias, medidas que, por lo menos, podrían definirse como poco simpáticas para los castigados bolsillos de la clase media.

De la Sota encuentra un terreno ideal para desplegar una temprana, pero eficaz, campaña de imagen para el próximo turno presidencial de 2003. Desafió al gobierno nacional a encarar una política de reducción de impuestos, aunque dudó que De la Rúa se arriesgue, por que a su juicio, el radicalismo es un partido “fiscalista”.

El gobernador cordobés se siente avalado por el aumento de la recaudación en la provincia, a pesar de haber reducido la carga impositiva el 30%. Y exhibe, además otros indicadores. Como el crecimiento del consumo de energía eléctrica en el primer bimestre del año en el orden de 6,44% con relación a 1999. Un parámetro que constituye clara señal de reactivación económica.

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