<p>“Hoy Portugal perdió, no ganó”, sostiene el ex premier, cuya ortodoxia desmiente años de socialismo. Pero es cierto que su renuncia sucede en una coyuntura para Lisboa y la Eurozona. Así queda claro en la reunión de este jueves en Bruselas, donde –se supone- se debatirán otra vez los mecanismos de rescate y la propia estabilidad de los diecisiete.<br />
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Con rara unanimidad, todos los partidos de la oposición rechazaron las medidas ortodoxas de ex titular del gabinete. Curiosamente, su objeto era “evitar recurrir al auxilio exterior. No nos dejaron –afirma Sócrates- instrumentos para proseguir nuestra gestión, con la oportuna ayuda de la calificadora Moody’s”.<br />
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En síntesis, ha estallado una crisis política poco grata para banqueros y mercados. Mientras tanto, el presidente Aníbal Cavaco Silva, conservador, inicia el viernes contactos con vistas a elecciones parlamentarias. El escenario es complejo: cinco partidos, de la derecha a la izquierda, hicieron capotar el cuarto intento en menos de un año y dejan a Portugal en un brete similar a los de Grecia e Irlanda.<br />
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Las propuestas de los tres borradores previos del “programa pro estabilidad y crecimiento” (irónico eco de Maastricht 1992), negociadas con Bruselas, implicaban alzas tributarias, rebaja de salarios, gastos e inversiones públicas y menos subsidios sociales. En suma, la receta que ya fracasa en Grecia e Irlanda.<br />
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La dimisión de Sócrates coincide con un paro ferroviario general y, como ocurre desde hace una quincena, manifestaciones callejeras contra el plan de austeridad y Bruselas. Vale decir, la Eurozona.<br />
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Renuncia del primer ministro en Portugal
El Parlamento bochó el nuevo plan de austeridad ahora nonato- y llevó al fin de José Sócrates. Esto coloca la Eurozona en postura desairada y cuestiona estos salvamentos. El dimitente teme graves consecuencias dentro y fuera del pequeño país.