Básicamente, hay cinco cosas a tener en cuenta.
- En general, los cambios con respecto al viejo NAFTA son cosméticos. Luego de un año y medio de negociaciones, las tres partes terminan con un nuevo pacto comercial que se parece mucho al viejo NAFTA. La estructura central del acuerdo prácticamente permanece intacta. Los mayores cambios se encuentran en los requisitos para las reglas de origen en el sector automotor, en el acceso algo mayor para Estados Unidos al mercado lácteo canadiense y en una especie de vuelta atrás en las reglas que rigen el arbitraje de diferencias estado-inversor (ISDS en inglés).
- El cambio más revelador podría ser el nuevo nombre dado al acuerdo. El USMCA resume U.S.-Mexico-Canada Agreement, una sigla impronunciable pero que entierra el viejo nombre del NAFTA, denunciado por Trump como el peor pacto de la historia de Estados Unidos. Había otras alternativas de siglasposibles, pero esta pone a “America First“.
- La Administración Trump obtuvo por lo menos parte de lo que quería. A primera vista el acuerdo con Canadá se ve como un arreglo a mitad de camino para ambos países. Pero mirado desde la perspectiva del viejo NAFTA, Estados Unidos obtuvo más de lo que quería. Las “victorias” de Canadá consistieron en mantener el status quo en muchas áreas importantes pero los cambios, modestos, se orientaron todos hacia Estados Unidos y más lejos de lo que Canadá y México querían. El método agresivo de Trump logró provocar algunas concesiones en sus dos socios.
- Si bien esto puede ser una victoria (modesta) para Estados Unidos en el corto plazo, en el largo puede debilitar los intereses del país. El hecho que México (en autos) y Canadá (en láceteos) hayan dado pasos cortos para calmar las demandas de Trump no debe sorprender: Estados Unidos es más importante para sus economías que viceversa. Pero eso no significa que Trump haya tenido razón en que con el pacto anterior abusaran de su país. Por el contrario, el método de ngociación de Trump, a la larga, debilita los intereses de Estados Unidos. Al apretarlos para conseguir unas monedas más Trump les está diciendo a los aliados de “America” que en el futuro no deberían recibir con los brazos abiertos el poder de ese país. A la larga, se debilita su influencia en el mundo.
- Falta mucho todavía para que el USMCA sea ley. La firma ceremonial será el 1 de diciembre, último día de gobierno para el presidente mexicano Enrique Peña Nieto. El paso difícil será ratificar el acuerdo, algo que en Estados Unidos significa una votación en el próximo congreso. Esa votación dependerá del resultado de las elcciones de medio término. De cualquier modo, hay razones para creer que republicanos y demócratas no se van a mostrar muy inclinados a firmar ese acuerdo Por eso el paso del USMCA por las cámaras se ve todavía poco claro.
