Previti corrompía jueces con fondos secretos de Fininvest

Poco antes de las elecciones generales y en un documento de 580 fojas, el segundo tribunal de apelaciones milanés explicó las condenas a Cesare Previti y cómplices. El títere de Silvio Berlusconi debe pagar cinco años.

29 marzo, 2006

Las sentencias en firme por corrupción –dictadas hace casi cuatro meses- alcanzan a Previti, Attilio Pacifico (cuatro años) y Renato Squillante (siete años). Los dos primeros manejaban Finivest, grupo controlado por Berlusconi. En la actualidad, la firma se llama Mediaset y sigue perteneciendo al primer ministro.

La causa básica data de marzo de 1991 e involucra sobornos por US$ 434.400. El dinero salía de una cuenta (Polifemo-Ferrido) abierta en Fininvest. Su receptor principal era Squillanti, por entonces juez, y el manejo de tres cuentas –la citada, Rowena, Mercier- estaba en manos de Previti.

Toda esa trama impidió que el propio Berlusconi fuese procesado a tiempo. Cuando resultó posible hacerlo, el ya “premier” había forzado en el parlamento una ley de inmunidad mientras durara en el cargo. Los comicios del 9 y el 10 de abril probablemente lo dejen sin ese amparo, si las encuestas reflejan la tendencia de los votantes.

En realidad, el expediente se limita a explicar en detalle los veredictos pronunciados el 2 de diciembre último. Sin embargo, la reacción de Romano Prodi –candidato del centroizquierda- parece demasiado cauta. “No comento los dictámenes. La justicia debe seguir su curso”, sostenía el martes, en vez de subrayar el papel del “cavaliere”.

Mientras tanto, Berlusconi tomaba en solfa el documento del tribunal. En realidad, parecía más inquieto porque el cómico populista de derechas Lando Buzzanca había anunciado que ya no votará por Forza Italia.

Las sentencias en firme por corrupción –dictadas hace casi cuatro meses- alcanzan a Previti, Attilio Pacifico (cuatro años) y Renato Squillante (siete años). Los dos primeros manejaban Finivest, grupo controlado por Berlusconi. En la actualidad, la firma se llama Mediaset y sigue perteneciendo al primer ministro.

La causa básica data de marzo de 1991 e involucra sobornos por US$ 434.400. El dinero salía de una cuenta (Polifemo-Ferrido) abierta en Fininvest. Su receptor principal era Squillanti, por entonces juez, y el manejo de tres cuentas –la citada, Rowena, Mercier- estaba en manos de Previti.

Toda esa trama impidió que el propio Berlusconi fuese procesado a tiempo. Cuando resultó posible hacerlo, el ya “premier” había forzado en el parlamento una ley de inmunidad mientras durara en el cargo. Los comicios del 9 y el 10 de abril probablemente lo dejen sin ese amparo, si las encuestas reflejan la tendencia de los votantes.

En realidad, el expediente se limita a explicar en detalle los veredictos pronunciados el 2 de diciembre último. Sin embargo, la reacción de Romano Prodi –candidato del centroizquierda- parece demasiado cauta. “No comento los dictámenes. La justicia debe seguir su curso”, sostenía el martes, en vez de subrayar el papel del “cavaliere”.

Mientras tanto, Berlusconi tomaba en solfa el documento del tribunal. En realidad, parecía más inquieto porque el cómico populista de derechas Lando Buzzanca había anunciado que ya no votará por Forza Italia.

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