Posible ruptura de la Alianza

El Frepaso condiciona su continuidad a la salida de Santibañes. La opinión pública ya la ve disuelta. La renuncia de Genoud obliga a negociar con el PJ. Por María Valeria Cerón

9 octubre, 2000

Dirigentes y legisladores de alto rango en el Frepaso coincidieron en que la unidad del interbloque de diputados, en particular, y de la Alianza, en general, dependerá la renuncia del titular de la Side, Fernando de Santibañes, y la constitución de una mesa de conducción de la Alianza integrada por Carlos Chacho Alvarez y Raúl Alfonsín, que participe activamente de las decisiones del gobierno.

En diálogo con el diario La Nación, el titular del interbloque de diputados de la Alianza, Darío Alessandro, confirmó los lineamientos esbozados por el resto de sus pares partidarios en relación con los hechos que deberían darse en lo inmediato para mantener la unidad aliancista en la Cámara baja.

“El gobierno debe contribuir a la unidad de la Alianza y actuar como coalición y no como un solo partido que está en el Poder Ejecutivo”, dijo Alessandro.

Los 118 diputados de la Alianza (81 radicales y 37 frepasistas) constituyen el motor de la coalición gobernante en el Congreso y la llave para que el presidente Fernando de la Rúa avance con los proyectos de ley de interés para el desarrollo normal de su gobierno.

Hay que tener en cuenta que algunos diputados del oficialismo habrían confirmado su intención de formar un bloque independiente, lo que le restaría a la Alianza, aproximadamente, media docena de votos. En el Senado el justicialismo cuenta con una abrumadora mayoría.

Pareciera que la renuncia de Alvarez es la punta del iceberg de los conflictos en la coalición UCR-Frepaso.

Esta expresión no surge sólo de las lucubraciones de los analistas políticos; la encuestadora D´Alessio/IROL/Harris realizó un sondeo según el cual 56% de los consultados opinó que la renuncia del vicepresidente quebró la Alianza.

De hecho, la diputada radical Elisa Carrió señaló reiteradamente en los últimos días que la coalición está virtualmente quebrada.

Uno de los peligros que vislumbran los hombres cercanos al gobierno es que esta “herida grave” de la Alianza se transforme en un cuadro agudo incurable que decrete su muerte.

El viernes, cuando Alvarez presentó su renuncia, se señaló que el jefe del gobierno porteño, Aníbal Ibarra, fue uno de los que colaboró en la redacción de la renuncia y abogó por la ruptura explícita de la coalición.

Ante una fractura de la Alianza cabría preguntarse:

1-¿Cúal es la representatividad que le queda al Presidente como sustento a la gobernabilidad en el caso de perder el apoyo de los votantes del Frepaso y después de haber entrado en conflictos internos provocados por los cambios de gabinete realizados?.

2-¿Hasta dónde deberán llegar las negociaciones con el justicialismo y cómo influirá esto en determinar una nueva distribución del poder?.

Dirigentes y legisladores de alto rango en el Frepaso coincidieron en que la unidad del interbloque de diputados, en particular, y de la Alianza, en general, dependerá la renuncia del titular de la Side, Fernando de Santibañes, y la constitución de una mesa de conducción de la Alianza integrada por Carlos Chacho Alvarez y Raúl Alfonsín, que participe activamente de las decisiones del gobierno.

En diálogo con el diario La Nación, el titular del interbloque de diputados de la Alianza, Darío Alessandro, confirmó los lineamientos esbozados por el resto de sus pares partidarios en relación con los hechos que deberían darse en lo inmediato para mantener la unidad aliancista en la Cámara baja.

“El gobierno debe contribuir a la unidad de la Alianza y actuar como coalición y no como un solo partido que está en el Poder Ejecutivo”, dijo Alessandro.

Los 118 diputados de la Alianza (81 radicales y 37 frepasistas) constituyen el motor de la coalición gobernante en el Congreso y la llave para que el presidente Fernando de la Rúa avance con los proyectos de ley de interés para el desarrollo normal de su gobierno.

Hay que tener en cuenta que algunos diputados del oficialismo habrían confirmado su intención de formar un bloque independiente, lo que le restaría a la Alianza, aproximadamente, media docena de votos. En el Senado el justicialismo cuenta con una abrumadora mayoría.

Pareciera que la renuncia de Alvarez es la punta del iceberg de los conflictos en la coalición UCR-Frepaso.

Esta expresión no surge sólo de las lucubraciones de los analistas políticos; la encuestadora D´Alessio/IROL/Harris realizó un sondeo según el cual 56% de los consultados opinó que la renuncia del vicepresidente quebró la Alianza.

De hecho, la diputada radical Elisa Carrió señaló reiteradamente en los últimos días que la coalición está virtualmente quebrada.

Uno de los peligros que vislumbran los hombres cercanos al gobierno es que esta “herida grave” de la Alianza se transforme en un cuadro agudo incurable que decrete su muerte.

El viernes, cuando Alvarez presentó su renuncia, se señaló que el jefe del gobierno porteño, Aníbal Ibarra, fue uno de los que colaboró en la redacción de la renuncia y abogó por la ruptura explícita de la coalición.

Ante una fractura de la Alianza cabría preguntarse:

1-¿Cúal es la representatividad que le queda al Presidente como sustento a la gobernabilidad en el caso de perder el apoyo de los votantes del Frepaso y después de haber entrado en conflictos internos provocados por los cambios de gabinete realizados?.

2-¿Hasta dónde deberán llegar las negociaciones con el justicialismo y cómo influirá esto en determinar una nueva distribución del poder?.

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