Por ley, Ceilán aludirá al té, pero a nada más
El estado isleño ha resuelto eliminar ese nombre colonial, en un gesto bastante arbitrario y hasta contradictorio. Por ejemplo, el té continuará siendo de Ceilán, origen que chinos, bengalíes y nepaleses siempre le han negado.
3 enero, 2011
<p>Desaparecen, sostiene el gobierno de Colombo (topónimo portugués del siglo XVI), todas las denominaciones de entes oficiales que incluyan Ceilán o “singalés/cingalés”. El presidente Mahinda Rajapakse auspicia este nuevo intento de borrar una variopinta historia que, desde el siglo IX, abarca árabes, portugueses, españoles, holandeses, franceses y, finalmente, ingleses.<br />
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La etapa moderna arranca de la independencia (1949), como dominio dentro de la Comunidad Británica. Así lo marcan documentos y hasta estampillas con la efigie de Jorge VI y, después, Isabel II. En 1972, la entonces primera ministra Srimavo Bandaranaike se separa de esa organización y vuelve al topónimo precolonial, Sri Lanka (“isla resplandeciente” en hindí).<br />
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A diferencia de Myanmar, donde Birmania es simplemente una versión occidentalizada del original, así como Bangladesh denota desde 1971 “estado bengalí” para diferenciarse de Bengala occidental, provincia india. Los nuevos cambios, se supone, borrarán denominaciones estilo Banco de Ceilán, Ceylon Petroleum o Ceylon Electricity Board.<br />
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Pero lo que Rajapakse no ha aclarado es que “volver a la pureza y echar extranjerismos al mar” será complejo, máxime en el plano bursátil, financiero y empresario. Sucede que Ceilán ha sido Taprobana para los griegos, Serendib para los árabes y Sinhalana (tierra de leones). El único mérito de “Ceilán/Ceylon” es que los ingleses la heredaron de los holandeses y la usaron desde 1802 en adelante. Aparte, fuera de los dos idiomas locales –hindí, tamil-, Sri Lanka no tiene gentilicios en el resto de las lenguas.<br />
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Ahora bien, el revisionismo histórico del gobierno retiene una flagrante contradicción: el té seguirá siendo “de Ceilán” y algunos tipos (Orange pekoe, por ejemplo) mantendrán el nombre inglés. Probablemente, eso explique que –no siendo la isla una potencia ni mucho menos- los principales idiomas retendrán Ceilán como sucede con Birmania.<br />
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Volviendo al té, la “marca” Ceilán tampoco es históricamente válida. Recién en 1824 los británicos siembran té, originario de China (chai, Formosa ulong), Tibet (lapsang sudyong), Sikkim (darjeling) o Nepal, contrabandeado vía Bengala. Hasta 1965, la isla era la primera exportadora mundial, papel que –parece- recobró recién en 2002: 286.000 toneladas en hoja, 20% del total global. No obstante, los chinos sostienen que la primacía les cabe a ellos, debido a una enérgica política exportadora iniciada hace unos veinte años.</p>
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