Un grupo de especialistas del Peterson Institute, dirigidos por Olivier Blanchard (antiguo economista jefe del FMI) no encuentran justificado tanto pesimismo.
Desde su perspectiva, nadie en los mercados financieros está en condiciones de hacer buenas predicciones. Estiman que la caída en los precios debe verse especialmente como una fuerza estabilizadora, antes que el comienzo de un colapso.
El descenso de precios –arguyen- es una clara señal de retorno a la normalidad., ya que los valores habían sido previamente inflados por los esfuerzos de los bancos centrales para estimular la economía (quantitative easing).
Suenan categóricos: otra crisis como la del 2008 es imposible, sostienen. La economía estadounidense se está recuperando, los precios bajos del petróleo estimulan el crecimiento en general, la economía china no corre riesgo de colapso y hasta los bancos tienen mayor fortaleza que entonces.
Otros voceros creen a medias en la versión optimista. Creen que hay muchos motivos de inquietud, pero coinciden en un punto: el pesimismo excesivo –sostienen – erosiona la confianza y aleja la inversión de la economía real.
Es cierto que el nivel de productividad es menor que en los años anteriores, pero también lo es que, a menor ritmo, sigue el crecimiento.