Plan para desestabilizar a Milosevic, que no cede
Afirman que la estrategia fue aprobada por Clinton. A dos meses del comienzo de la guerra, el presidente yugoslavo quiere consolidar la frontera con Albania para prevenir una invasión por tierra.
El presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, aprobó un plan secreto para desestabilizar a su colega de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, que incluye la ayuda de piratas informáticos para atacar sus cuentas bancarias en el extranjero e impulsar una campaña que erosione su apoyo público, según reveló el último número de la revista Newsweek. Citando fuentes de inteligencia, el medio asegura que el plan fue firmado por Clinton la semana pasada y que en él se autoriza a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a “encontrar la forma para atacara Milosevic”. Por otra parte, mientras ayer comenzó el tercer mes de ataques de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra Yugoslavia, Milosevic envió tropas a Kosovo para reforzar su frontera con Albania. Así lo informó el vocero militar de la OTAN. Este hecho fue interpretado como una demostración de fuerza ante los reiterados anuncios occidentales de una invasión terrestre.
El presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, aprobó un plan secreto para desestabilizar a su colega de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, que incluye la ayuda de piratas informáticos para atacar sus cuentas bancarias en el extranjero e impulsar una campaña que erosione su apoyo público, según reveló el último número de la revista Newsweek. Citando fuentes de inteligencia, el medio asegura que el plan fue firmado por Clinton la semana pasada y que en él se autoriza a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) a “encontrar la forma para atacara Milosevic”. Por otra parte, mientras ayer comenzó el tercer mes de ataques de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra Yugoslavia, Milosevic envió tropas a Kosovo para reforzar su frontera con Albania. Así lo informó el vocero militar de la OTAN. Este hecho fue interpretado como una demostración de fuerza ante los reiterados anuncios occidentales de una invasión terrestre.
