<p>La coalición que guía el país desde 2005 (democristianos y liberales) cayó este domingo ante socialdemócratas y verdes. No sólo perdió un estado. También se queda sin la mayoría simple en el Bundesrat (parlamento federal). Según proyecciones, el apoyo al oficialismo se contrae en Rn-V de 45% hace cinco años a 34,5%. “Perdió la Unión Europea”, deploraba Giulio Tremonti, ministro italiano de economía.<br />
<br />
En lo inmediato, esto significa el terminante rechazo a un rescate europeo que, en semanas, pasó de € 45.000 a poco más de 700.000 millones, en un potencial salvamento colectivo que demandará unos € 50.000 millones a Berlín. Ahora, la derrota de Merkel coincide con la abrupta negativa de Gran Bretaña a cooperar. Justamente, ahí los laboristas –en general pro Unión Europea- fueron vencidos por los aislacionistas conservadores.<br />
<br />
Por ende, el paquete presurosamente atado en Bruselas recibió dos fuertes golpes el mismo día. De todos modos, su “colosal monto” (imagina algún despistado) resulta modesto en comparación con los dos billones de dólares –unos € 1,45 billones de entonces- del rescate dispuesto por Washington en 2008/9. En verdad, lo del Banco Central Europeo, si resulta, igualará el plan chino de estímulos sistémicos.<br />
<br />
Desde otro ángulo, Paul Krugman o analistas financieros como Mark Weisbrot y Kenneth Rogoff temen que ese intento empeore la crisis helena vía medidas por demás duras. En rigor, lo que Atenas precisa es un canje de deuda titulizada similar al argentino de 2003/4. Vale decir, con un desagio que castigue a bancos privados, fondos especulativos y bonistas que no supieron salir a tiempo. Ahora arriesgan repetir errores con Portugal, España, etc.<br />
<br />
“El país sudamericano –subraya Weisbrot- demuestra que es factible recobrarse y crecer, inclusive en medio de un cese selectivo de pagos”. Pero los problemas griego y español tienen matices propios. El primero involucra también el BCE y otros emisores, en una forma aumentada del “club de Paris” argentino. El segundo no es financiero, sino de una economía real mal manejada: es el desempleo de 20,5%, récord en la península y la UE.<br />
<br />
Como se ve, si los bancos centrales no reaccionan con medidas proactivas, lo harán electorados como el germano o dirigentes políticos como los británicos. Estos factores explican que Barack Obama adopte un cauto compás de espera.<br />
</p>
Plan de 700.000 millones que quizá no salve a Grecia
La espectacular derrota electoral de Angela Merkel en el estado más populoso, Renania norte-Vestfalia, evidencia que los alemanes no quieren pagar facturas ajenas. Mientras tanto, el BCE promueve un rescate inferior al norteamericano de 2008/9.