Petróleo: ¿maldición para Sudán y Azania?

El hallazgo de hidrocarburos en el mar al sur de Irlanda parece una bendición para el alicaído “tigre celta”. Por el contrario, el oro negro pone en peligro la frágil paz de dos países que fueron uno hasta hace poco y afrontan más secesiones.

28 marzo, 2012

<p>Desde el pacto que dividi&oacute; Sud&aacute;n en dos -el n&uacute;cleo musulm&aacute;n y la Azania nil&oacute;tica- ambos pa&iacute;ses est&aacute;n trabados en un riesgoso enfrentamiento en torno de millones de litros de crudos. El conflicto implica el decomiso de buques tanques, el cierre de pozos y, con ellos, la paz inestable respaldada Por Estados Unidos, China y la Uni&oacute;n Africana.<br />
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Desde hace a&ntilde;os, las relaciones norte-sur no se ve&iacute;an tan amenazadas en el plan geopol&iacute;tico. Amen de roces directos, la presencia de grupos rebeldes (sudeste y oeste de Sud&aacute;n) sobre unas fronteras constantemente disputadas. Al menos desde julio, el &aacute;rea es la m&aacute;s caliente de &Aacute;frica. Al cabo de a&ntilde;os de crecimiento, dos grandes ej&eacute;rcitos alcanzaron un acuerdo de cese el fuego (10 de febrero), tras intensas presiones internacionales, todos relevantes clientes del petr&oacute;leo regional.<br />
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No obstante, pocos expertos divisan salidas f&aacute;ciles al matete. Sobre todo porque, desde cierto tiempo, los pacto de no agresi&oacute;n suscriptos no condujeron a nada. Ya en mayo de 2011, las partes convinieron en desmilitarizar las fronteras Sud&aacute;n- Azania, sin mencionar &ldquo;frentes internos&rdquo; como el de Darfur y un enclave africano al sudeste, sobre Eritrea. Pero, poco despu&eacute;s, Jartum desat&oacute; intensos bombardeos a lo largo de los l&iacute;mites y hasta pas&aacute;ndolos. Mientras tanto, Malakai (Azania) entregaba armas a sus aliados rebeldes.<br />
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La extrema volatilidad fronteriza persiste desde hace treinta a&ntilde;os, porque ah&iacute; est&aacute;n los grandes yacimientos petrol&iacute;feros. Ambos contendientes los necesitan desesperadamente para subsistir, alimentar a la gente y sofocar levantamientos. El problema es que 75% de los crudos se halla en el sur (Azania), pero el oleoducto troncal para exportarlo cruza el norte (Sud&aacute;n). Este cuadro hizo creer a varios analistas occidentales que los hidrocarburos podr&iacute;an ser prenda de unidad y evitar conflictos.<br />
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Por ende, cuando el sur se separ&oacute; formalmente del norte (julio), ello se anunci&oacute; como una victoria. Pero qued&oacute; sin resolverse la cuesti&oacute;n de repartir las ganancias. Ahora, el petr&oacute;leo puede convertirse en una mecha.<br />
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Al declararse Azania independiente, Malakai retuvo miles de millos en d&oacute;lares en crudos, provoc&oacute; un colapso econ&oacute;mico en Sud&aacute;n y gener&oacute; una de las crisis m&aacute;s hondas afrontadas por el presidente vitalicio, Omar Has&aacute;n al-Bashir, en m&aacute;s de veinte a&ntilde;os de autocracia. El c&oacute;ctel mezcla alta inflaci&oacute;n, depresi&oacute;n, protestas estudiantiles y rebeliones en Darfur.</p>

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