Pentágono: derroche, turbia politiquería y pésima procuración

”Lobbies”, comisiones millonarias y derroche sin límites convierten el sistema de compras militares en un lodazal. Pero la crisis presupuestaria no perturba a sus dos amos: Richard Cheney, vicepresidente, y Donald Rumsfeld (Defensa).

9 junio, 2005

En semejante desquicio aparecen Northrop Grumman y European Aeronatic Defence & Space (EADS), o sea Airbus. Ambos acaban de resolver, en principio, unir fuerzas en un intento de quebrar el monopolio de Boeing en el suministro de aviones que dispensan combustible en vuelo a máquinas militares. Así lo revela el “Wall Street Journal”, edición en la web.

El convenio llevaría a otro nivel la cooperación estratégica transatlántica. Lástima que surge en un pico de tensiones entre Washington (Boeing) y Bruselas (Airbus), denuncias mutuas –cifradas en subsidios ilegales- ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) y crecientes presiones en el congreso estadounidense. Como si fuera poco, EADS ha ofrecido renunciar a controvertidos créditos blandos –financiarían el prototipo A 350-, pero en ciertas condiciones.

El objeto aparente sería reanudar negociaciones entre EE.UU. y la Comisión Europea sobre disputas en torno de esos subsidios. En otras palabras, dejar sin efecto las denuncias mutuas ante la OMC.

Pero la oferta, incluida en un mensaje reservado a Peter Mandelson, comisionado de comercio en Bruselas, “no parece capaz de torcera voluntad de Boeing ni de sus influyentes apoyos en la Casa Blanca”, presume el WSJ. Tampoco ayudará las gestiones Northrop-EADS ante el Pentágono o el congreso que, en mayo, votó una veda que impide otorgar contratos importantes al grupo europeo.

A pésar de ello, los europeos y Northrop podrían sacar ventaja del escándalo que hizo fracasar un intanto de Beoing –sobornos millonarios inclusive- para proveer esos aviones tanques. Esta misma semana, senadores del comité para las fuerzas armadas censuraron a altos jefes de Aeronáutica por el fallido negocio, que alcanzaba US$ 23.500 millones. “Fue un típico caso de los abusos que puede causar la concesión de un contrato así sin competencia ni transparencia”, sostuvieron los legisladores.

En un informe interno -revelado el martes por el “Seattle Post”-, el inspectir general del Pentágono dictamina que altas autoridades de Aeronáutica, confabulados con Boeing, ignoraron o infringieron no menos de cinco normas de procuración y añadieron miles de millones en costos innecesarios. Todo para arreglar un contrato por cien aerotanques. Lo peor, empero, es que “estas cosas no sean ya anómalas”. Eso mientras Washington maneja un presupuesto militar que, según “Le monde”, asciende a US$ 500.000 millones anuales, la mitad de lo que gasta en defensa todo el mundo.

La oficina federal de reposabilidad contable manifestó el mismo martes a varios diputados que Defensa malgastó no menos de US$ 4000 millone, estos años, comprando equipos y, al mismo tiempo, vendía rubros similares que había pagado sin llegar a usarlos. Así revela el “Washington Post”. Por su parte, otras investigaciones descubrieron que, de US$ 33.000 millones en bienes que Defensa calificó de redundantes en 2002-4, equipos por 4.000 millones estaban en perfectas condiciones.

Tras años de no restringir costos excesivos, “los funcionarios más poderosos e influyentes del Pentágono –casi todos ricos y republicanos- empiezan a asustarse porque la maquinaria de los armamentos empieza a desintegrarse por su propio peso”, apunta el “New York Times”. Así, “se adquieren aviones, barcos y tanques pagando tres, cuatrom cinco veces el valor de los equipos que reemplazarán”, señala el diario.

Jefes militares, fabricantes de armas y auditores federales responsabilizan de esos excesos a la mentalidad “guerras de las galaxias”. Desde los tiempos de Ronald Reagan y salvo los inertervalos de gobierno demócratas,esta mentalidad tiene la obsesión de gastar más y más en adelantos tecnológicos mucho más allá de reales necesidades bélicas o defensivas. “Siempre habrá contratistas que hagan negocios fomentando esos extravíos y promvoiendo corrupción”.

En semejante desquicio aparecen Northrop Grumman y European Aeronatic Defence & Space (EADS), o sea Airbus. Ambos acaban de resolver, en principio, unir fuerzas en un intento de quebrar el monopolio de Boeing en el suministro de aviones que dispensan combustible en vuelo a máquinas militares. Así lo revela el “Wall Street Journal”, edición en la web.

El convenio llevaría a otro nivel la cooperación estratégica transatlántica. Lástima que surge en un pico de tensiones entre Washington (Boeing) y Bruselas (Airbus), denuncias mutuas –cifradas en subsidios ilegales- ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) y crecientes presiones en el congreso estadounidense. Como si fuera poco, EADS ha ofrecido renunciar a controvertidos créditos blandos –financiarían el prototipo A 350-, pero en ciertas condiciones.

El objeto aparente sería reanudar negociaciones entre EE.UU. y la Comisión Europea sobre disputas en torno de esos subsidios. En otras palabras, dejar sin efecto las denuncias mutuas ante la OMC.

Pero la oferta, incluida en un mensaje reservado a Peter Mandelson, comisionado de comercio en Bruselas, “no parece capaz de torcera voluntad de Boeing ni de sus influyentes apoyos en la Casa Blanca”, presume el WSJ. Tampoco ayudará las gestiones Northrop-EADS ante el Pentágono o el congreso que, en mayo, votó una veda que impide otorgar contratos importantes al grupo europeo.

A pésar de ello, los europeos y Northrop podrían sacar ventaja del escándalo que hizo fracasar un intanto de Beoing –sobornos millonarios inclusive- para proveer esos aviones tanques. Esta misma semana, senadores del comité para las fuerzas armadas censuraron a altos jefes de Aeronáutica por el fallido negocio, que alcanzaba US$ 23.500 millones. “Fue un típico caso de los abusos que puede causar la concesión de un contrato así sin competencia ni transparencia”, sostuvieron los legisladores.

En un informe interno -revelado el martes por el “Seattle Post”-, el inspectir general del Pentágono dictamina que altas autoridades de Aeronáutica, confabulados con Boeing, ignoraron o infringieron no menos de cinco normas de procuración y añadieron miles de millones en costos innecesarios. Todo para arreglar un contrato por cien aerotanques. Lo peor, empero, es que “estas cosas no sean ya anómalas”. Eso mientras Washington maneja un presupuesto militar que, según “Le monde”, asciende a US$ 500.000 millones anuales, la mitad de lo que gasta en defensa todo el mundo.

La oficina federal de reposabilidad contable manifestó el mismo martes a varios diputados que Defensa malgastó no menos de US$ 4000 millone, estos años, comprando equipos y, al mismo tiempo, vendía rubros similares que había pagado sin llegar a usarlos. Así revela el “Washington Post”. Por su parte, otras investigaciones descubrieron que, de US$ 33.000 millones en bienes que Defensa calificó de redundantes en 2002-4, equipos por 4.000 millones estaban en perfectas condiciones.

Tras años de no restringir costos excesivos, “los funcionarios más poderosos e influyentes del Pentágono –casi todos ricos y republicanos- empiezan a asustarse porque la maquinaria de los armamentos empieza a desintegrarse por su propio peso”, apunta el “New York Times”. Así, “se adquieren aviones, barcos y tanques pagando tres, cuatrom cinco veces el valor de los equipos que reemplazarán”, señala el diario.

Jefes militares, fabricantes de armas y auditores federales responsabilizan de esos excesos a la mentalidad “guerras de las galaxias”. Desde los tiempos de Ronald Reagan y salvo los inertervalos de gobierno demócratas,esta mentalidad tiene la obsesión de gastar más y más en adelantos tecnológicos mucho más allá de reales necesidades bélicas o defensivas. “Siempre habrá contratistas que hagan negocios fomentando esos extravíos y promvoiendo corrupción”.

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