Pasdarán iraníes atacados por dyundallá pakistaníes
Claro, Tehrán endilga el atentado (50 víctimas) a Estados Unidos y Gran Bretaña. Pero se trata de una guerra dentro de otra sunníes contra shiíes- y dentro de una tercera: la de los baluchíes por la autonomía de un área partida entre Pakistán e Irán.
19 octubre, 2009
<p>Guardias revolucionarios (pasdarán en farsí) versus dyundallá, soldados de Dios. Por supuesto, obra un trasfondo menos religioso, donde participan servicios de inteligencia iraní, pakistaní, afgano, norteamericano y británico. En teoría, los dos primeros sostienen defender los derechos de cuatro millones de baluchíes, una etnia de rito sunní dividida entre Pakistán (75%) e Irán (el resto).</p>
<p>Por supuesto, también se mueven agentes saudíes, rusos, indios e israelíes, pero como “observadores”. Un solo hecho desvirtúa las diatribas iraníes contra EE.UU.: este lunes se inician conversaciones en Viena sobre el programa nuclear persa, en clima asaz distendido. En cuanto a los dyundallá, es un grupo relativamente nuevo (2003), creado por un ex talibán pakistaní, Nek Mohammed Wadzir, mezcla de guerrilla, terrorismo y reinvindicaciones baluchíes.</p>
<p>Pero, como en el conflicto afgano, las cosas remiten a mediados del siglo XIX. Por entonces, el Baluchistán era feudo de Kabul, a su vez trabado en una interminable guerra con los imperios ruso al norte y británico al sur. El doble reino de Kabul-Herat se interponía entre la India británica y el Asia central rusa, aunque Moscú y Londres en realidad pugnaban por algo más relevante: Persia que, en plena decadencia, había perdido Türkmenistán, Afganistán y Baluchistán. En 1907, Persia fue dividida en dos áreas de influencia (rusa, británica) y Kabul perdió finalmente Baluchistan a manos inglesas.</p>
<p>No obstante, la imposibilidad para Moscú y Londres de anexarse Afganistán involucró la de reducir Baluchistán oriental a colonia: quedó como protectorado. Estos hechos crearon mil kilómetros de frontera inestable entre Irán y la India británica, luego Pakistán. Mucho después, el poderoso clan baluchí Righí, al mando de Abdel Malik, retomaba en 2003 una guerra suspendida en 1974, a raíz de la invasión soviética en Afganistán.</p>
<p>En la fase actual, el conflicto se complica extraordinariamente e incorpora una temible organización pakistaní, Lashkar-i-dyangví, y a Tehrik-i-talibán, su rama baluchí irredentista. Para Tehrán, el escenario tampoco es fácil, pues el trío Dyundallá/Lashkar/Tehrik opera coordinadamente con los sunnies de habla árabe (Ahwaz, provincia del sudoeste iraní) y los Mudyaheddín-i-jalq curdos, extremo noroeste del mismo país. Por supuesto, la situación del presidente Mahmud Ahmadinedyad es menos endeble que la su colega afgano, Hamid Karzaí, que afronta una segunda vuelta electoral en un Afganistán donde la alianza talibán/al-Qa’eda controla 60% del territorio.<br />
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