domingo, 22 de diciembre de 2024

Parálisis: se agotan las opciones en Copenhagen

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Sin salida a la vista y entre divergencias insalvables, ahora se habla de volver al moribundo protocolo de Kyoto (1997) y prolongarlo más allá de su expiración. Ésa sería la propuesta a tratarse en otra cumbre, prevista para julio en México.

<p>El vencimiento del protocolo coincide con una fecha de moda, 2012, en el negocio de falsos calendarios mayas, libros y pel&iacute;culas apocal&iacute;pticas. Lo de Copenhague, por el contrario, puede acabar este viernes en un papel&oacute;n que le ponga una l&aacute;pida a una serie de cumbres tan caras como poco &uacute;tiles.<br />
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Aun dejando a un lado Estados Unidos y China &ndash;cuyo enfrentamiento traba todo-, la etapa azteca, no maya, ser&iacute;a una reuni&oacute;n en nivel ministerial, limitada a menos de cincuenta pa&iacute;ses. Algunos analistas hasta sugieren una especie de grupo de los 20 ampliado. En rigor, la opci&oacute;n Kyoto es una idea bastante extendida entre pa&iacute;ses pobres, emergentes y en desarrollo.<br />
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En cuanto a los ricos o poderosos, podr&iacute;an suscribir un documento propio, definiendo proyectos nacionales contra la contaminaci&oacute;n v&iacute;a mon&oacute;xido (China, India) y di&oacute;xido de carbono (el resto). Pero, en realidad, M&eacute;xico arriesgar&aacute; convalidar un precario equilibrio, distante de esta borrascosa cumbre. Ese complejo panorama encontrar&aacute; este jueves, al llegar, el presidente Barack Obama y el primer ministro Wen Jiabao.<br />
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Por cierto, el documento de Kyoto ten&iacute;a rasgos pol&iacute;ticos bien precisos. Obligaba a los pa&iacute;ses desarrollados a reducir emisiones tipo efecto invernadero. Pero EE.UU., hoy segundo contaminador mundial, no firm&oacute; ese protocolo y, entonces, nada lo constri&ntilde;e a cumplirlo. Otro problema es que el texto prev&eacute; asistencia financiera a pa&iacute;ses subdesarrollados, sin imponerles pautas para limitar emisiones.<br />
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En ese punto, todo se complica. Sucede que Kyoto se mov&iacute;a en funci&oacute;n de un horizonte ambiguo para China: s&oacute;lo figuraba como econom&iacute;a en desarrollo. Tampoco firm&oacute;. Doce a&ntilde;os despu&eacute;s, es la mayor contaminante en t&eacute;rminos de di&oacute;xido de carbono (6.800 millones de toneladas m&eacute;tricas en 2008, contra los 6.370 millones de EE.UU.).<br />
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Bastante m&aacute;s atr&aacute;s aparecen la Uni&oacute;n Europea (3.915 millones de toneladas), Rusia (1.690 millones), India (1.410 millones), toda &Aacute;frica (830 millones) y Brasil (440 millones). En casos como China, Rusia o India, se incluye el mon&oacute;xido de carbono, producto directo del carb&oacute;n.<br />
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A horas de cerrarse la cumbre, no hay signos siquiera de un borrador com&uacute;n y pocos creen que los jefes de estado o gobierno logren cambiar el panorama. Si las cosas terminan en la nada y M&eacute;xico no las modifica dentro de ocho meses, el 7 de diciembre de 2012 ya no existir&aacute;n protocolos ni tratados. Dicho de otra manera, ser&iacute;a preciso prorrogar Kyoto sine die y dar tiempo para un eventual acuerdo general.</p>
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