<p>Desde una postura ambivalente, el presidente del BCE anticipa “una ulterior acentuación de riesgos sistémicos, provocados por la eurocrisis”. Lo señaló ante el comité económico del Europarlamento, Estrasburgo, donde está a cargo de ese cuerpo técnico. “El contexto es grave –añadió- y no facilita la disciplina fiscal ni el relanzamiento de la expansión. Mucho menos, el impulso a la ocupación”.<br />
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No sin cierta imprudencia, Draghi reivindicó a S&P, Moody’s Investors Service y Fitch Ratings. Justamente, al mismo tiempo la primera castigaba al FEEF. Esto hizo que Juncker saliese a reiterar que el superfondo (€ 440.000 millones) “cuenta con liquidez suficiente para cumplir con sus compromisos actuales y eventuales”.<br />
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Por el contrario, a criterio del BCE “la situación es severa y no debemos engañarnos. Durante el último semestre de 2011, las incertidumbres sobre sustentabilidad de la deuda soberana y la resistencia del sistema bancario privado vienen perturbando los mercados y, últimamente, a la economía física” Sin embargo, el italiano ve con buenos ojos el acuerdo entre jefes de estado o gobierno para promover disciplina fiscal y crecimiento”. Draghi no parecía notar las contradicciones entre las “obsesiones de Maastricht” y las metas expansivas del pacto”.<br />
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Entretanto, los mercados bursátiles y financieros acentuaban su escepticismo respecto de las calificadoras y sus maniobras políticas. Desde otro ángulo, dos econometristas peninsulares, Franceso Giavazzi y Ricardo Caballero, sostuvieron en el Economist la conveniencia de depreciar el euro en términos de dólar, o sea profundizar el proceso actual. Una devaluación de 15% -llevando la paridad uno a uno- fomentaría las exportaciones.</p>
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Para Mario Draghi, el escenario empeora
El presidente del Banco Central Europeo exige redimensionar las calificadoras. Mientras, Standard & Poors le baja nota al Fondo Europeo pro Estabilidad Financiera, nada menos. Jean-Claude Juncker (Eurogrupo) sostiene que el FEEF goza de buena salud.