<p>Todavía es temprano para concluir si solamente se trató de una maratónica sesión de discursos plenos de buenas intenciones, si las medidas quedarán cortas en sus efectos, o si servirán para revivir la economía planetaria.<br />
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Las dos concepciones en pugna (la de EE.UU, Gran Bretaña y Japón por un lado, y la de los países europeos por el otro) se saldaron con un amplio compromiso por imponer importantes marcos regulatorios sobre las finanzas y disposiciones fiscales para revivir la demanda en todo el mundo.<br />
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Para China, India, Brasil y otros emergentes, la cuestión no está saldada y si bien se han dados pasos en la dirección correcta, habrá en el futuro otras reuniones donde con certeza –creen sus representantes- se acordará la inyección de mayores recursos para revivir a las principales economías.<br />
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Por ahora hay que sentarse a esperar el resultado de este primer paquete de medidas económicas y confiar en que las grandes diferencias conceptuales entre la Europa continental y otras grandes economías disminuyan.<br />
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Entre los principales acuerdos están estrictas regulaciones a los hedge funds, fondos especulativos gigantescos hasta ahora fuera del control de cualquier gobierno, controles sobre las agencias calificadoras de riesgo y guerra a muerte contra los paraísos fiscales. De igual modo –lo que interesaba especialmente a Estados Unidos- se convino en poner un techo a remuneraciones y bonos que cobren los banqueros y en abordar de modo coincidente el manejo de activos tóxicos que complican el balance de los bancos en todo el mundo.<br />
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Lo más importante es la decisión de dotar al FMI de US$ 750 mil millones para enfrentar las situaciones más urgentes y complicadas en todo el mundo. El Fondo emitirá hasta US$ 250 mil millones de su propia moneda, los “derechos especiales de giro” (aportados por los 185 países miembros), y recibirá otros US$ 500 mil millones en préstamos de varios países. También se dispondrá de US$ 250 mil millones para aceitar los mecanismos del comercio mundial y hacer frente al proteccionismo.<br />
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Con países como EE.UU, Japón y Gran Bretaña en el límite de sus posibilidades de inyectar más recursos internos, y con la renuencia de Alemania y Francia a hacerlo, la única opción disponible era el FMI, pieza central de esta estrategia.<br />
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Ayer nomás, se discutía si el Fondo debía sobrevivir, a la luz de su magro record en aportes concretos a la economía planetaria. Hoy, la disputa conceptual entre estos bloques de naciones, le asegura el papel central en la etapa que comienza. Todo un cambio de fortuna.</p>
Para el G20, el FMI es la pieza central estratégica
Los líderes de las 20 naciones con mayores economías del planeta entre países centrales y emergentes- comprometieron la inyección de recursos por US$ 1, 1 billones (en español, millón de millones) en forma de préstamos y garantías para financiar el comercio global y rescatar a países en problemas.