Panorama recesivo en la construcción

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Un informe sectorial elaborado por la Universidad Argentina de la Empresa (Uade) destaca que el sector pasa por un período de estancamiento que podría extenderse hasta mediados de 2001.

Hacia el tercer trimestre del año, el nivel de actividad, tanto de la industria de la construcción como del mercado inmobiliario prosiguieron mostrando un panorama recesivo, según el último informe elaborado por el departamento de Economía y Finanzas de la Uade.

Entre los indicadores sectoriales relevantes, en este período cayeron la superficie de los permisos para la construcción de multiviviendas (9.5% anual comparado con el mismo período de 1999), los despachos de cemento (9.4% anual) y las escrituras de traslación de dominio (7% anual).

Según la Uade, este comportamiento podría extenderse, si bien de manera irregular al cuarto trimestre, al tiempo que sería muy difícil esperar una recuperación definida antes del segundo trimestre del año venidero.

Recién entonces podrían comenzar a gravitar los primeros trabajos correspondientes a las obras proyectadas en el Plan Federal, viviendas económicas y las derivadas de la apertura del mercado de telecomunicaciones.

Más tarde, explica el estudio, podría comenzar a percibirse la incidencia de los emprendimientos inmobiliarios derivados de las ventas de terrenos propiedad del gobierno (ferrocarriles), de los planes municipales de desarrollo urbano y de los cambios en el código de planeamiento (Ciudad de Buenos Aires).

Son diferentes los motivos que podrían impulsar la reactivación en el mercado inmobiliario.

Entre estos, un mayor grado de certeza en lo que respecta al contexto macroeconómico, que le imprima confianza a los potenciales demandantes y/o tomadores de crédito hipotecario para así aprovechar la abundancia de líneas disponibles.

En esta dirección, cooperarían la presencia de señales más definidas de crecimiento económico, especialmente en el ámbito doméstico y, una mayor previsibilidad acerca del curso de la política económica, especialmente la tributaria.

Este último aspecto es el que puede decirse que se incorpora a la formación de expectativas, sumando riesgo, durante los próximos meses.

Por ejemplo, no está claro si proseguirán practicándose ajustes fiscales de los ingresos disponibles y el gasto.

Por el lado de la actividad económica, la recuperación observada hasta el momento se corresponde con un aumento de las exportaciones, que si bien dan lugar a una mejora de los guarismos globales, dada su particular composición sectorial, es poco lo que transmite de la misma a los niveles de empleo y la demanda interna, correlacionados positivamente con la industria de la construcción y el mercado inmobiliario.

La inversión pública, concluye el estudio, todavía no recuperó el protagonismo del año pasado, dada la insuficiente perfomance de los ingresos y la presión de los egresos corrientes (en particular los intereses de la deuda).

Hacia el tercer trimestre del año, el nivel de actividad, tanto de la industria de la construcción como del mercado inmobiliario prosiguieron mostrando un panorama recesivo, según el último informe elaborado por el departamento de Economía y Finanzas de la Uade.

Entre los indicadores sectoriales relevantes, en este período cayeron la superficie de los permisos para la construcción de multiviviendas (9.5% anual comparado con el mismo período de 1999), los despachos de cemento (9.4% anual) y las escrituras de traslación de dominio (7% anual).

Según la Uade, este comportamiento podría extenderse, si bien de manera irregular al cuarto trimestre, al tiempo que sería muy difícil esperar una recuperación definida antes del segundo trimestre del año venidero.

Recién entonces podrían comenzar a gravitar los primeros trabajos correspondientes a las obras proyectadas en el Plan Federal, viviendas económicas y las derivadas de la apertura del mercado de telecomunicaciones.

Más tarde, explica el estudio, podría comenzar a percibirse la incidencia de los emprendimientos inmobiliarios derivados de las ventas de terrenos propiedad del gobierno (ferrocarriles), de los planes municipales de desarrollo urbano y de los cambios en el código de planeamiento (Ciudad de Buenos Aires).

Son diferentes los motivos que podrían impulsar la reactivación en el mercado inmobiliario.

Entre estos, un mayor grado de certeza en lo que respecta al contexto macroeconómico, que le imprima confianza a los potenciales demandantes y/o tomadores de crédito hipotecario para así aprovechar la abundancia de líneas disponibles.

En esta dirección, cooperarían la presencia de señales más definidas de crecimiento económico, especialmente en el ámbito doméstico y, una mayor previsibilidad acerca del curso de la política económica, especialmente la tributaria.

Este último aspecto es el que puede decirse que se incorpora a la formación de expectativas, sumando riesgo, durante los próximos meses.

Por ejemplo, no está claro si proseguirán practicándose ajustes fiscales de los ingresos disponibles y el gasto.

Por el lado de la actividad económica, la recuperación observada hasta el momento se corresponde con un aumento de las exportaciones, que si bien dan lugar a una mejora de los guarismos globales, dada su particular composición sectorial, es poco lo que transmite de la misma a los niveles de empleo y la demanda interna, correlacionados positivamente con la industria de la construcción y el mercado inmobiliario.

La inversión pública, concluye el estudio, todavía no recuperó el protagonismo del año pasado, dada la insuficiente perfomance de los ingresos y la presión de los egresos corrientes (en particular los intereses de la deuda).

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