Pakistán: un aliado peligrosamente ambiguo

En algunos sentidos, Osama bin Laden ya estaba muerto. Nadie creía que su islamismo radicalizado gestase cambios negados al comunismo, el capitalismo o su propio fundamentalismo sunní. Era sólo el imán explícito de una secta de hashashín, asesinos.

4 mayo, 2011

<p>Por otra parte, en Estados Unidos y Europa occidental varios analistas se preguntan si matarlo fue correcto (no estaba armado) o echarlo al mar de Om&aacute;n no result&oacute; apresurado. Dejando de lado discusiones sobre si se acat&oacute; la ley isl&aacute;mica, Washington retoc&oacute; el martes su propia versi&oacute;n de los hechos. Peligrosa actitud.</p>
<p>Por supuesto, la inteligencia norteamericana sigue analizando cu&aacute;ndo y c&oacute;mo librar a la opini&oacute;n p&uacute;blica todos los detalles e im&aacute;genes de la operaci&oacute;n en Abbottabad. Significa &ldquo;ciudad abacial&rdquo;, vaya iron&iacute;a, y est&aacute; cerca de Islamabad, capital de Pakist&aacute;n, ambiguo aliado de Occidente en la guerra de Afganist&aacute;n.</p>
<p>El cuerpo ya no existe o es inalcanzable bajo el mar. Pero naves de la quinta flota (golfos P&eacute;rsico y de Om&aacute;n) y de otras banderas han comenzado a recorrer discretamente el &aacute;rea. &iquest;Para qu&eacute;? Para impedir un eventual rescate de esa &ldquo;caja negra&rdquo; humana con fines pol&iacute;ticos, religiosos u oportunistas. Debe considerarse la vecindad de Somal&iacute;a, un mosaico de feudos piratas fuera de toda ley, Shariy&aacute; inclusive.</p>
<p>John Brennan, m&aacute;ximo experto en terrorismo del consejo nacional de seguridad (NSC), confirm&oacute; que se estaba&rdquo;sopesando el pro y el contra de publicar fotos y videos en el corto plazo&rdquo;. En cierto modo, la decisi&oacute;n depende de c&oacute;mo evolucione la imagen del propio Osama bin Laden. Algunos funcionarios estiman que el ex &ldquo;gur&uacute;&rdquo; de al-Qaeda ya ven&iacute;a en decadencia debido a la ola de protestas, disturbios y derrocamientos de reg&iacute;menes &aacute;rabes.</p>
<p>La gente ni siquiera tom&oacute; en cuenta a al-Qaeda. As&iacute; hab&iacute;a sucedido o sucede en las guerras civiles de Irak (2004/08) y Libia. Si &eacute;se es el principio de una mutaci&oacute;n geopol&iacute;tica, el destino del cad&aacute;ver no tiene mucha importancia. Por otra parte, resta averiguar qu&eacute; har&aacute;n los eventuales sucesores del &ldquo;califa&rdquo;. En particular, el egipcio Aim&aacute;n az-Zawahir&iacute;, lugarteniente de bin Laden pero ajeno al n&uacute;cleo saud&iacute; y yemen&iacute; del colectivo terrorista. Justamente ese factor podr&iacute;a encender algo hist&oacute;ricamente com&uacute;n en el Islam: una lucha por la sucesi&oacute;n. As&iacute; naci&oacute; en el siglo VIII nada menos que la Shi&rsquo;&aacute;.</p>

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