A la red de defensa nuclear creada por EE.UU. sobre la frontera oeste de Bielorrusia (títere de Moscú), Vladyímir Putin –hoy primer ministro, antes presidente y siempre tsar- replica extiendo hacia el sudeste el escudo de Kaliningrado. Se trata de plataformas para proyectiles “Iskander” (Alejandro en turco) suyo alcance va de cincuenta a 400 kilómetros.
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<p>El acuerdo formal entre los presidentes Dmitri Miedvyédiev y Alyexandr Lukashenko se firma en dos semanas. Resulta irónico que ello suceda mientras la Comisión Europea intenta quebrar el aislamiento del “último dictador comunista” de Europa. Cualquier analista estratégico pudo haber advertido a la OTAN sobre los fines de Rusia, pero los burócratas de la entidad sólo escuchan al Pentágono. </p>
<p>Era perfectamente previsible que, luego de absorber Abjazia, reunir ambas Osetia y reducir Georgia a la impotencia. Putin atendería el frente occidental, donde Ucrania seguía coqueteando con la OTAN. A mismo tiempo, el francés Ncolas Sarkozy coincidía con Putin, ambos desde Evian, en la necesidad de “un sistema paneuropeo de seguridad” ajeno al bulímico pero pálido tratado del Atlántico norte. </p>
<p>No resulta descabellado suponer que Rusia quiera separar del esquema OTAN el concepto de seguridad europea. Esto dejaría expuestas a Polonia y otros miembros pronorteamericanos de la Unión Europea. El escudo occidental ruso, en efecto, no parece pensado para alarmar a Europa occidental. </p>
Otra tormenta al este: Moscú instala proyectiles en Bielorrusia
Como respuesta a pactos entre Estados Unidos, Polonia y Lituania, Rusia amplía el flanco noroeste de su escudo. Estas plataformas se agregan a las de la ex Prusia oriental (Kaliningrado), sobre el Báltico.