ONU: países pobres condicionados

La mayoría de los países subdesarrollados no tuvieron crecimiento en los últimos 50 años. Como contrapartida, los ricos continúan desarrollándose.

30 septiembre, 2000

(EFE).- La gran mayoría de los países en vías de desarrollo no pueden salir de la “trampas de la pobreza” o círculos viciosos que les impiden el progreso, según un informe para el 2000 del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

De un estudio acerca del crecimiento económico en los últimos 50 años (1950-1999), se desprende que de 95 países analizados por ese departamento, 28 sufrieron un descenso del Producto Bruto Interno (PBI) entre 1964 y 1999 en vez de aumentarlo.

De los países estudiados en América latina, sólo Brasil logró duplicar el Producto Nacional Bruto per cápita en un período de 10 a 13 años, como también lo hicieron Indonesia, la Isla Mauricio, Mauritania, la República de Corea (del sur) y Taiwán.

“El número de los pueblos que viven en absoluta pobreza no ha cambiado en las últimas décadas en tanto que los ricos han seguido progresando constantemente”, afirma en un prólogo al informe el secretario general de la ONU, Kofi Annan.

Por primera vez, recuerda, en junio pasado -y este mes en la Cumbre del Milenio de la ONU-, la organización mundial y los países miembros se comprometieron formalmente a reducir 50% los niveles de pobreza en el mundo hasta el año 2015, pero no existen garantías de que esa meta se alcance.

El informe señala que una de las formas de huir de las “trampas” de la pobreza -para los que prefieren la industrialización y la tecnología- es dar a la producción agrícola -una actividad que ha perdido “prestigio” frente a aquéllas- el lugar que se merece.

“El aumento de la producción agrícola es posible y ofrece una serie de ventajas estratégicas”, indica un estudio sobre cómo los países en desarrollo pueden salir de las “trampas de la pobreza”.

“La importancia estratégica de la agricultura es pasada por alto frecuentemente en los círculos relacionados con el desarrollo pues se cree, erróneamente, que es de baja actividad productiva”, señalaron los autores del informe.

La agricultura “está donde están los pobres”, pues entre 70% y 95% de la fuerza activa de la mayoría de los países en desarrollo trabaja en el agro”, según el informe “y en general la pobreza es mayor en las áreas rurales que en las urbanas”.

Pero un sector agrícola fuerte puede contribuir a reducir los precios de los alimentos, a mejorar la nutrición y la productividad en todo el país, además de generar empleo, aumentar la demanda de productos manufacturados y servicios, e incluso canalizar fuentes de trabajo y capitales para el desarrollo de otros sectores y también obtener divisas extranjeras por medio de la exportación”.

En cambio, si los ingresos de los agricultores son bajos, la demanda de productos manufacturados y de servicios (como el teléfono o la electricidad, entre otros) es reducida, y éste es el camino para entrar en la “trampa de la pobreza”.

También la educación, la tecnología y la creación de instituciones pueden ayudar a esos países a romper “la trampa”.

Un reciente informe sobre energía, presentado en la ONU, informa de que un tercio de la humanidad -2.000 millones de personas- no tiene acceso a la electricidad u otra forma de energía comercial.

Si la tecnología y la reforma agraria sirven para promover la producción del campo, el valor agregado alienta la producción industrial y el sector urbano, agrega este nuevo informe de la ONU.

El crecimiento de los países en desarrollo en la década de los ‘80 -de 0,1% anual- llegó a un promedio de 2,3% en la de los ‘90. Ninguno de los países en desarrollo pudo crecer más de 3% anual durante 24 años consecutivos, que son el porcentaje y el período necesarios para duplicarlo.

Pero, “sobre todo, los pueblos pobres deben poder situarse en una posición que les permita aprovechar las oportunidades que podrían mejorar su vida”, como si se les redujese la deuda exterior y se les asistiese financiera y tecnológicamente, señala Annan.

Porque “no hay nada que pueda garantizar” la reducción de la pobreza en 50% hasta el año 2015 si esos países en desarrollo no aumentaran sus índices de crecimiento.

(EFE).- La gran mayoría de los países en vías de desarrollo no pueden salir de la “trampas de la pobreza” o círculos viciosos que les impiden el progreso, según un informe para el 2000 del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

De un estudio acerca del crecimiento económico en los últimos 50 años (1950-1999), se desprende que de 95 países analizados por ese departamento, 28 sufrieron un descenso del Producto Bruto Interno (PBI) entre 1964 y 1999 en vez de aumentarlo.

De los países estudiados en América latina, sólo Brasil logró duplicar el Producto Nacional Bruto per cápita en un período de 10 a 13 años, como también lo hicieron Indonesia, la Isla Mauricio, Mauritania, la República de Corea (del sur) y Taiwán.

“El número de los pueblos que viven en absoluta pobreza no ha cambiado en las últimas décadas en tanto que los ricos han seguido progresando constantemente”, afirma en un prólogo al informe el secretario general de la ONU, Kofi Annan.

Por primera vez, recuerda, en junio pasado -y este mes en la Cumbre del Milenio de la ONU-, la organización mundial y los países miembros se comprometieron formalmente a reducir 50% los niveles de pobreza en el mundo hasta el año 2015, pero no existen garantías de que esa meta se alcance.

El informe señala que una de las formas de huir de las “trampas” de la pobreza -para los que prefieren la industrialización y la tecnología- es dar a la producción agrícola -una actividad que ha perdido “prestigio” frente a aquéllas- el lugar que se merece.

“El aumento de la producción agrícola es posible y ofrece una serie de ventajas estratégicas”, indica un estudio sobre cómo los países en desarrollo pueden salir de las “trampas de la pobreza”.

“La importancia estratégica de la agricultura es pasada por alto frecuentemente en los círculos relacionados con el desarrollo pues se cree, erróneamente, que es de baja actividad productiva”, señalaron los autores del informe.

La agricultura “está donde están los pobres”, pues entre 70% y 95% de la fuerza activa de la mayoría de los países en desarrollo trabaja en el agro”, según el informe “y en general la pobreza es mayor en las áreas rurales que en las urbanas”.

Pero un sector agrícola fuerte puede contribuir a reducir los precios de los alimentos, a mejorar la nutrición y la productividad en todo el país, además de generar empleo, aumentar la demanda de productos manufacturados y servicios, e incluso canalizar fuentes de trabajo y capitales para el desarrollo de otros sectores y también obtener divisas extranjeras por medio de la exportación”.

En cambio, si los ingresos de los agricultores son bajos, la demanda de productos manufacturados y de servicios (como el teléfono o la electricidad, entre otros) es reducida, y éste es el camino para entrar en la “trampa de la pobreza”.

También la educación, la tecnología y la creación de instituciones pueden ayudar a esos países a romper “la trampa”.

Un reciente informe sobre energía, presentado en la ONU, informa de que un tercio de la humanidad -2.000 millones de personas- no tiene acceso a la electricidad u otra forma de energía comercial.

Si la tecnología y la reforma agraria sirven para promover la producción del campo, el valor agregado alienta la producción industrial y el sector urbano, agrega este nuevo informe de la ONU.

El crecimiento de los países en desarrollo en la década de los ‘80 -de 0,1% anual- llegó a un promedio de 2,3% en la de los ‘90. Ninguno de los países en desarrollo pudo crecer más de 3% anual durante 24 años consecutivos, que son el porcentaje y el período necesarios para duplicarlo.

Pero, “sobre todo, los pueblos pobres deben poder situarse en una posición que les permita aprovechar las oportunidades que podrían mejorar su vida”, como si se les redujese la deuda exterior y se les asistiese financiera y tecnológicamente, señala Annan.

Porque “no hay nada que pueda garantizar” la reducción de la pobreza en 50% hasta el año 2015 si esos países en desarrollo no aumentaran sus índices de crecimiento.

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