domingo, 22 de diciembre de 2024

Obama: temen mis reformas sociales, no mi color de pìel

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Lo dijo simultáneamente por CNN, CBS, ABC, NBC y Univisión. No apeló a Fox, de su archienemigo Rupert Murdoch. Nunca un presidente norteamericano llegó a tanto. “Sí, algunos no toleran un negro en la Casa Blanca, pero la clave son los cambios”.

<p>A criterio de Barack Obama, &ldquo;existen sospechas at&aacute;vicas sobre el papel del gobierno y &eacute;stas afloran en el violento debate sobre el proyecto de seguro m&eacute;dico universal&rdquo;, sosten&iacute;a este fin de semana. Como en la campa&ntilde;a electoral, este pol&iacute;tico mulato busca sacar de primer plano el tema racial.<br />
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Pero la cuesti&oacute;n pesa casi tanto como el evangelismo fan&aacute;tico de pueblo chico, As&iacute; lo demuestra la mezcla de socialismo y nazismo que un sector de la sociedad estadounidense y sus legisladores &ndash;fuera de las grandes ciudades- les endilgan al mandatario y sus propuestas sociales. No muy sutil, Wall Street trata de asociar ese trasfondo a sus presiones contra la reforma financiera.<br />
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Poco antes, James Carter pudo decir lo que Obama prefiere silenciar: &rdquo;el cruel encono contra los proyectos presidenciales trasunta el racismo que persiste en ciertos estamentos&rdquo;. No se debe, por tanto, s&oacute;lo a una religiosidad de corte rural. &ldquo;Muchos norteamericanos, en verdad, no aceptan todav&iacute;a que haya un negro en el sal&oacute;n oval y no son todos republicanos&rdquo;, observaba el ex mandadatario.<br />
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Sea como fuere, en su mensaje Obama admite que &ldquo;hay un componente racista, pero no parece sustantivo, sino marginal a los actuales debates. La clave es algo que atraviesa la historia de la rep&uacute;blica. Hace al estado mismo y sus funciones como administrador, &aacute;rbitro o supervisor. Los calificativos lanzados contra Franklin D. Roosevelt tambi&eacute;n iban de socialista a comunista&rdquo;.<br />
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Las fuentes de insultos y agravios son de tres clases: un megarrescate bancario que rozar&aacute; los dos billones, la reforma financiera resultante y el seguro m&eacute;dico universal. &Eacute;ste alcanzar&aacute; a unos 40 millones de pobres. Adem&aacute;s, el presidente acaba de reiterarlo: &ldquo;no aceptar&eacute; nada que implique nuevos impuestos a gente que gane menos de US$ 250.000 anuales&rdquo;. Vale decir, 95% de las familias de cualquier color.<br />
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